MARATÓN 3/3:86-¿¡Qué son?!

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*Dalia*

Después de la llamada con mi madre, fueron semanas de mucho estrés sobre todo por la custodia de Dylan.

Mandaron al niño al psicólogo, y nada bueno salió de ahí a favor de mi madre, le había hecho cosas horribles al niño bajo los efectos de alcohol y fue muy duro para mi ir descubriendo toda la verdad.

Después mi padre tuvo un juicio en contra de saúl, por lo de su empresa, y al final el juez le dio la razón a papá exigiendo a saul que le devolviese todo su dinero robado más daños y prejuicios, asique cuando papá consiguió el dinero de vuelta, salió de él mismo pagarle a gavi todo que este había pagado, y así quedamos en paz con el, aunque recalcó que no era un problema el dinero, pero lo cogió por mi, porque sabía que en el fondo no me gustaba que nos hubiese pagado las cosas.

Después, con Dylan en casa las cosas fueron bien, el pequeño se abrió más a nosotros los días siguientes contándonos más cosas, y también supongo que el psicólogo tuvo mucho que ver en la evolución del pequeño, aunque nunca echó de menos a mamá.

Fue Gavi el que estuvo sus últimos días de vacaciones preparando su habitación con él, la pintaron como el pequeño quiso, después de que Gavi le dijese que podía elegir la habitación que quisiera y fueron a comprar los muebles.

Dylan iba más que contento, aunque más contento se puso cuando gavi y yo le contamos que en mi barriguita había dos bebés.

*Flashback*

-Buenos dias-dije dejando un beso en la cabecita de Dylan que desayunaba con Gavi en la cocina.

-Madre mia, amor-murmuró Gavi sorprendido y dirigí los ojos hacia él viendo como miraba mi barriga con una sonrisa.

Al ser verano, siempre iba con una camiseta suya puesta y como usaba vestidos, no se notaba mucho la barriguita, pero como íbamos a llevar a Dylan al psicólogo después de desayunar ese día me había puesto un vestido, pero pegadito y hacía la curva de mi ya más notable barriguita.

Yo reí al ver su cara y el andó hasta mi agachandose dejando besos en ella, mientras que el pequeño miraba frunciendo el ceño.

-¿Qué pasa?-preguntó el pequeño y Gavi me miró buscando una respuesta por mi parte.

-Es que aquí dentro llevo dos bebés-murmuré señalando mi barriga y el abrió los ojos sorprendido.

-Eso le paso a mi seño Laura, y después se puso súper gorda-dijo y yo reí asintiendo.

El se bajó de la silla tocando mi barriga y me miró.

-¿Y cómo han entrado ahí?-preguntó mirando a Gavi que lo miro alzando las cejas.

-Pues...-pensó rascándose la nuca y me miró, aunque aparté la miraba rápidamente, que saliera del lio el solito-se tomó unas semillas mágicas que le recetó el médico para que pudiéramos tener un bebé, y como nos queremos mucho mucho, pues las semillas funcionaron por dos, y ahora hay dos bebés.

El niño asintió asombrado y sonrió abrazandome.

-¿Y cómo van a salir de ahí? ¿Falta mucho para que salgan?-preguntó.

-Aún tengo que ponerme gordita, y cuando ya lo esté, los médicos los sacaran-le expliqué y el asintió.

-¿Y...son niños o niñas?-nos preguntó.

-Eso lo vamos a saber en unos días, ¿Querrás venir con nosotros cuando nos lo diga el médico? Ponen una pantalla donde se ven los bebés-le dijo Gavi y el asintió contento.

*Fin Flashback*

Nos hizo todas las preguntas que se le pasó por la cabeza, y nosotros fuimos saliendo como pudimos de todas ellas, porque algunas eran bastante complicadas de contestar.

El tema de la custodia nos lo llevó Juan, el abogado de confianza de Gavi, y después de que el juzgado del menor hablase con gavi y conmigo nos dieron la custodia del pequeño.

Todos nos habían ayudado, pedri y leire se quedaban con el cuando teníamos que ir a cualquier lado, además Alex, el hermano de leire había hecho muy buenas migas con el y jugaban mucho cuando se veían, a pesar de que Alex era más mayor.

Papá también había hecho buenas migas con el, y siempre que lo veía le decía "alaaa, cuanto has crecido" y al pequeño le encantaba escuchar eso porque él solo quería ser mayor.

Belén y Pablo lo consentian muchísimo, y leonor, que desde que se había enterado que los macarrones eran su comida favorita, siempre que íbamos a comer se los hacía, igual que Aurora, que siempre le tenía un juguete comprado.

Todos lo miraban como si fuese uno más de la familia, y eso me encantaba, porque era mi hermano y yo era su única familia.

Me llegó una carta desde la cárcel de mi madre, pidiéndome perdón, admitiendo sus errores y aunque quise creerla, no podía, no podía perdonarla, asique tiré la carta y seguí con los míos.

Hoy era cinco de agosto, mi cumpleaños y también el de Gavi, y teníamos cita en el ginecólogo a las once para una ecografia, se suponía que hoy nos dirían el sexo de los bebés, ya estaba de cuatro meses y una semana, y se debería ver sin problema.

Gavi dormía relajado, anoche nos dormimos bastante tarde, porque después de acostar a Dylan necesitábamos sentirnos el uno al otro, y la hora se nos fue bastante.

Me agaché dejando besos en su mentón y noté como sonreía cuando notó mis besos.

-Buenos días, preciosa-me dijo aún con los ojos cerrados.

-Buenos días, mi vida-le contesté dejando en beso en sus labios-feliz cumpleaños-le dije al separarnos y el sonrió.

-Feliz cumpleaños, gordita-me dijo tumbandome sobre la cama y levantando mi camiseta de dormir dejando besos en mi abdomen-hoy vamos a saber que sois, por fin, porque papá ya no se aguanta-les dijo a los bebés y yo reí acariciando su pelo.

Dylan tardo pocos minutos en entrar a nuestra habitación saltando a la cama felicitandonos, y recordándonos que hoy veríamos a los bebés como le habíamos prometido y después tendríamos nuestra fiesta de cumpleaños en casa de los Páez.

Asique después de desayunar, nos arreglamos, mientras yo me pintaba un poco para la fiesta de después, Gavi fue a vestir a Dylan, y cuando los vi a los dos me morí de amor.

Iban a juego, con un vaquero corto negro y una camiseta verde militar, y ambos llevaban una bambas iguales.

-¿Estamos guapos, tata?-me preguntó mi hermano al verme parada en la puerta mientras Gavi le ataba los cordones.

-Estáis guapísimos enano-le dije andando hasta el dejando un beso en su cabeza.

Gavi cogió su colonia echándose y después cogió la de Dylan para echarle a él.

-Ala, guapo guapo-le dijo este-¿nos vamos?-me preguntó y yo asentí.

Montó al niño en la sillita mientras yo cerraba la puerta de casa, y nos pusimos rumbo al ginecólogo.

En cuando llegamos nos llamaron a los cinco minutos, y menos mal, porque Dylan se movía nervioso de un lado para otro.

La doctora me preguntó que tal iba, le conté que loa síntomas habían mejorado, ya no me mareaba y casi no tenía náuseas, solo a algunos olores en concreto.

Me echó el gel en la barriguita mientras Gavi se sentaba en la silla con Dylan encima de él.

-Uy, pues está vez sí que se ve que son-dijo riendo la doctora y yo sonreí mirando la pantalla.

-¿Qué son?¿¡Qué son?!-preguntó Dylan inquieto.

-Pues...

(CONTINUARÁ...)

Como lo prometido es deuda aquí tenéis vuestro maratón, quería alargar un poco más la trama de su madre, pero al ver los comentarios entendí que no queríais más drama sino verlos felices asique he decidido acortarla también porque el final está cerca.

Últimas apuestas sobre el sexo de los bebés, ¿¡Qué son?!

Os leo!!❤️✨️

MUNDOS OPUESTOS-PABLOGAVIWhere stories live. Discover now