Capítulo 12. ¿Pero es una cita o no?

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– Ya voy yo – dice Dustin levántandose del sofá.

Cambio de canal ahora que se ha ido y en mis ojos se forman chiribitas al ver los preciosos vestidos de novia en el programa que está emitiendo Divinity.

– Hess es para ti – levanto la cabeza que reposaba en el brazo del sofá y me sobresalto al ver a Harry. «¡Coño!»

– Veo que también te alegras de verme – dice medio en broma. Me tapo con un cojín. Llevo una camiseta que no me llega ni a las rodillas y eso de que un "desconocido" me vea las bragas... Entonces recuerdo al borracho ese. Dios, qué mal rato pasé.

– Hess tengo que buscar algo en mi cuarto... Estoy allí, ¿vale? – le lanzo una mirada cargada de reproche, ésta me la pagas Dustin Delevingne –. Siéntate si quieres, Harry – dice antes de irse.

Harry se sienta y parece que delante tiene un payaso.

– ¿Qué te hace tanta gracia?

– Nada... – está conteniendo la risa. Pongo los ojos en blanco –. Me gusta mucho tu camiseta, tiene glamour – cierro los ojos y me muerdo el labio inferior.

– Para tu información, mi camiseta de unicornios es de lo más cool... ¿Qué quieres, Harry?

– Es que pasaba por aquí y he pensado que podríamos dar una vuelta.

– Eh... – me quedo bloqueada. ¿Una vuelta en plan salir de formalmente o salir tipo casual?

Me fijo en que él lleva unos vaqueros, una chaqueta y una bufanda de lana. Aún sigo pensando en qué plan vamos a salir cuando interrumpe el hilo de mis pensamientos.

– ¿Hessa?

– Eh... – parpadeo y me centro de nuevo en él –. Sí, dame un segundo para que me cambie. – me levanto con el cojín aún cubriéndome el cuerpo y camino de espaldas.

– ¿Hessa?... Cuidado.

– Sí... – me giro y mi rodilla se hunde en la mesa del comedor – ¡Coño! – girándome de nuevo veo que si no se ríe estalla, le sonrío y desaparezco por el pasillo.

Abro el armario aún masajeándome la rodilla. Menudo golpe... Saco un jersey blanco con adornos negros y me lo pongo enseguida. De la cómoda busco esos vaqueros que tan bien me sientan y los dejo en la cama. Revuelvo en el zapatero para hallar algo que vaya bien con lo que he escogido y finalmente me decido por las Bens negras.

Ya con los pantalones puestos me las calzo y me paso el cepillo por el pelo rubio. Cojo del perchero la chaqueta negra pero decido cambiarla por el abrigo de Harry.

Quince minutos, anda que las mujeres tardamos mucho. Bueno en realidad sí, yo soy rara. Salgo y lo veo mirando el móvil. Aparta la vista de él y sonriente se pone en pie.

– ¿Lista? – asiento.

– ¡Dustin me voy! – grito.

– ¡A las diez aquí! – grita él. Harry me mira con cara de: ¿En serio? Son las nueve y veinte. Niego con la cabeza y le indico que ni caso.

Subimos en su coche y por simple curiosidad le pregunto:

– ¿Dónde vives?

– A una manzana del instituto.

– O sea que no te cogía de paso.

– Ni un poquito – sonrío y él hace lo mismo.

– Por favor, Harry, no sé para qué tanto andar.

– Cállate, ya lo verás – mi humor de perros aumenta por cada minuto andando –. Espera aquí – se sumerge en la espesa vegetación y entonces el frío me cala más.

Eternal ▴ H. S [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora