Capítulo 42. Segundos posteriores

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Una vocecita chillona me ordena que le cuente lo de Nueva York. Ahora que he accedido no hay vuelta atrás, no puedo cambiar de parecer cada dos por tres y discutir con Dustin es malgastar saliva. Pero temo que ahora que por fin hemos hallado la paz vuelva a estallar la tormenta. Contemplo el cielo, nubes dispersas tiñen de gris el magnífico azul que se esconde tras ellas.

-Cuéntame tu mayor miedo. -dice entonces, interrumpiendo el hilo de pensamientos. Le miro y suelto una risita.

-Creo que ninguno reina.

-Habrá alguno que siempre estará por encima de todos. -aparto la mirada y lo pienso. Que me toquen es un gran temor que tengo, pero entonces doy con al respuesta idónea.

-Que Drew regrese y tú no estés aquí. -me pone los ojos encima pero yo sigo contemplando como la inmensidad, cada vez más oscura, se cierne sobre nosotros. Mirando a mi alrededor compruebo que el perímetro es seguro y me tumbo sobre las tejas. -¿Y el tuyo? -me imita y entonces responde:

-Que el hombre del saco venga a por mí. -me río pero entonces se pone serio. -Supongo que no sentirme tan vivo como me siento contigo... -hace una pausa y entonces continúa. -En realidad, hacerlo y que no tengas tú la culpa. -ladeo la cabeza para mirarle y le pillo contemplando la negrura. Ni rodeados de oscuridad soy capaz de no atisbar su belleza.

-Yo también me siento viva contigo, Harry. Gracias.

-Supongo que todo el mundo merece volver a sentirse así.

-Omite el «volver». Ni siquiera entonces, cuando me mudé con mi tía Margo, me sentía viva. Tan sólo vagaba en una monotonía en la comía o dormía. Creo que el término exacto para describirme en aquella época era que existía. No vivía, tan sólo, estaba ahí. A mi parecer nadie se daba cuenta de lo que hacía, ni si quiera yo. ¿Entiendes qué quiero decir? -inquiero mirándole nuevamente. Él posa sus dos verdes en mí y tensa la mandíbula. -Todo esto es nuevo para mí. -prosigo. -Son sensaciones desconocidas, momentos nuevos. Sentimientos muertos que tú has logrado revivir y crear. Desde que volví a Holmes Chapel sólo he deseado llorar por dos cosas: por mi regreso y por ti. Nunca he sentido el amor en estado puro, cómo tampoco el dolor crudo. Y eso Harry, sólo lo has logrado tú. -acerca su mano a mi cara y me toca la mejilla. Me fijo en su pómulo, está más morado de lo que estaba esta mañana.

-Tú también has despertado cosas extrañas en mí, Hessa. -me río.

-¿Cosas? -se encoge de hombros con una risita.

-Imagino que yo me sentí así...

-¿Estando con Valerie? -inquiero interrumpiéndole. Enarca una ceja. Mierda, este tema le incomoda.

-No. -zas. -Nunca he experimentado esto. Así que, querida Hessa Delevingne, creo que hay algo en lo que ambos somos primerizos.


Abro la puerta de la taquilla y mientras se acerca Blaire me mira con una especie de mueca en la cara.

-¿Qué? -suelto al ver que no habla.

-¡Ya te has reconciliado con Harry, ¿verdad?! -frunzo el ceño. ¿Cómo se enterará ésta de todo?

-¿Cómo lo sabes?

-¿Acaso no lo ves? -niego con la cabeza. -Saunders está mucho más animado ahora y al parecer tú no te arrastras por los pasillos como un zombie. Así que blanco y en botella; malibú. -me río. Dónde otros ven leche, Blaire ve malibús. -Entonces...

-¿Qué? -contesto alargando la e.

-¡¿Que si estáis bien?!

-¡Ay! Que sí, pesada. -respondo con una sonrisa en la cara. Sigo charlando con ella y al ver a Dove-diva le lanzo una mirada sentenciosa. «¡Zorra!» Jamás le perdonaré la que me lió el día del baile de primavera. Ella me pone los ojos en blanco y entonces unos murmuros me desarman: "Saunders..." "Por ahí va..." "¡Ay si yo fuese Hess!" Me río y miro a Blaire que me habla de no se qué de una fiesta. De repente la puerta de mi taquilla la cierra una mano grande, con tatuajes por el brazo. Obligándome a no sonreír me giro.

-¿Qué se supone que estás haciendo, Saunders? -Blaire se escabulle avergonzada y miro con fingida chulería a Harry el cuál tiene una gran sonrisa dibujada en el rostro.

-Eh... creo quee... -con las manos a ambos lados de mi cabeza se me viene a ella el día que me besó por primera vez. Mis labios reclaman los suyos y cuando recibo mi premio me susurra al oído, haciéndome cosquillas en él: -Besarte.

-Robar los besos de las señoritas no está bien. -enarca una ceja divertido.

-La que lo pedía eras tú.

-Nos mira todo el mundo.

-¿Te molesta?

-En absoluto.

-¿Entonces?

-Es que Ramón también lo hace. -susurro mientras noto el rubor subir por mis mejillas. A Harry las comisuras se le curvan y separándose de mí le dirige una mirada burlona a Ramón Calvo.

-Esto no es un bar para ir besándose con chicas en cualquier esquina, Saunders.

-Vamos, Ramón, no se me queje usted que los hay por todos lados.

-No se preocupe, a cualquiera que vea los haré parar. -Harry suelta una risa y Ramón lo mira con mala cara, así que le propino un codazo. Él me agarra el brazo y me pega más a él e intento guardar la compostura; pero es imposible, o poco probable.

-Hessa.

-Hess. -corrijo. Antes odiaba que me llamasen Hessa, ahora odio que lo haga alguien que no sea Harry.

-Hess, tenía entendido que sufrías una aversión a que te tocasen. -me obligo a no abrir la boca. ¿A qué coño viene decirme éso delante de todo el instituto? Noto a Harry tensarse a mi lado así que asgo su cuerpo con más fuerza y le indico que todo está bajo control.

-Así es. -respondo cortante. Ramón Calvo nos repasa con la mirada y sé que lo hace por la manera que estamos cogidos. -Que no me moleste que Harry me toque no es de su incumbencia. -Ramón alza ambas cejas y acercándose algo más a nosotros me dice:

-¿Sabes qué creo yo? Que te iban a expulsar por agresión y te inventaste una patraña para que tu hermano dijese otra mentira y salvar el culo. Tengo calados a alumnos como tú. -le miro atónita y Harry que hasta ahora no había intervenido dice en tono alto:

-Me parece que está desvariando, si quiere decir gilipolleces asegúrese de no estar en mi presencia, y mucho menos si implican a Hessa.

-Pero bueno. El malo de Saunders al que todos respetan quiere intervenir. Lo siento, pero esto no va contigo. Así que permíteme que me lleve a la señorita Delevingne... -me agarra del brazo y me pongo rígida como un palo. La oscuridad se come mi tranquilidad y amenaza con causar estragos. Tira de mí y entonces Harry hace lo propio dejándome justo a su lado. Empuja a Ramón que retroce y se tambalea, pero que finalmente recobra la compostura. Entonces se arroja a él y le da un cabezazo, haciendo que de su nariz brote sangre. Le agarro del brazo pero está fuera de sí. Mientras todos los alumnos se arrellanan alrededor de Harry que golpea con fuerza a Ramón le grito que se detenga pero no me hace caso. Louis aparece seguido de Niall y Liam que van a intervenir. Intento apartarlo agarrándole del brazo nuevamente y se deshace de mí con tanta fuerza que acabo estrellándome contra las taquillas. Me tiembla todo cuando logro ponerme en pie y cuando lo hago me encuentro con sus ojos verdes.

-Hessa... -suplica. Niego con la cabeza y empujando su pecho desaparezco por la puerta.



Eternal ▴ H. S [EDITANDO]Where stories live. Discover now