Capítulo 40. Un beso siempre lo estropea -y arregla- todo

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Me separo de él y pongo en pie.

-¡¿A qué coño ha venido eso?! -él me imita y se acerca a mí. Como me toque es el fin. Me mira con ojos suplicantes. ¿Pero qué os atrae de mí...? No lo entiendo pero aún menos entiendo qué hago siendo yo la que se abalanza sobre él y le besa. Sus cálidos labios me reciben gustosos y su lengua se abre paso por mi boca, pero no es comparable con los besos de Harry. Él hacía que en mi interior estallasen llamas y hubiesen fuegos artificiales. As posa sus manos en mis caderas pero no duran ni un segundo ya que tras apartárselas me aparto yo también. Echándome las manos a la cabeza pienso en qué coño acabo de hacer. «Harry... Harry... Harry... Harry...» Vale que no somos nada, que nunca lo hayamos sido y que en cierto modo hemos tenido siempre la libertad de hacer lo que nos plazca con quién queramos. Pero me siento sucia y una completa traidora. As me mira más confundido que yo y no sé cómo explicarle que ha sido un auténtico error y que no estoy en plena facultad de mis actos. «Claro que lo estás, lo que pasa es que eres una auténtica retrasada.» Vale, gracias, eso sirve de bastante ayuda. Suspiro y me vuelvo para mirarle a la cara. Estoy roja y no sé si es por la vergüenza o por el sentimiento de traición. «¡NO HAS ENGAÑADO A NADIE!» me recuerda mi interior, pero aún así me siento cómo tal.

-Hess...

-As, esto ha sido un auténtico error.

-¿De veras? -inquiere acercándose a mí nuevamente. -Pues yo creo que por una vez en tu vida has hecho lo que verdaderamente querías, que era besarme. -frunzo el ceño.

-Eso ha sonado demasiado egocéntrico hasta para ti. -digo. -Lo siento As, pero yo estoy confundida y repito que lo que ha pasado no ha estado bien. Siento haberte dado pie a algo que no tiene sentido.

-Me niego a creerlo, y una parte de ti también se niega. -pero mira que es insistente eh... Le digo que no con la cabeza pero él no es capaz, o no quiere, aceptar mis negativas pues nuevamente sus labios impactan con los míos. Con tanta fuerza que incluso me muerdo el labio. Intento apartarle y entonces son otros brazos los que lo hacen. ¡Harry!

-¡¿A TI QUÉ COÑO TE PASA?! -le grita a As que no se amilana y sacando cuerpo se le encara.

-¡¿Qué pintas aquí, Saunders?!

-¡Tengo entendido que no te quería encima! -son dos dioses peleando por lo que es suyo; y sólo puede quedar uno. Temiéndome lo peor es As el que se pone chulo primero.

-Seguro que al que no quería encima es a ti.

-¿Qué coño sabes tú? -espeta Harry a escasos centímetros de As. «Por favor que no se peleen... Por favor que no se peleen... Por favor que no se peleen...» Harry le da un puñetazo en el costado a As y éste rápidamente le corresponde con uno en la cara. ¡Ay, Dios mío, ¡¿qué hago?!!

-¡Por favor, parad! -exclamo intentando ponerme en medio, pero sin saber cómo siempre logro terminar a un lado. Se golpean mutuamente y acaban en el suelo. Harry coge del cuello de la camiseta a As, en el cuál está sentado a horcajadas y sacudiendo su cabeza hace que ésta impacte varias veces en el suelo. -¡Por favor, Harry, por favor! -suplico. -¡Escucha solo mi voz, préstame atención solo a mí! -le sigo implorando pero no me hace caso. -¡Para, por favor, lo vas a matar! -tras rogarle tres veces más que pare, cesa de golpear al, ya de por sí magullado As, cuando le digo esas dos palabras que jamás oyó de mi boca: -¡Harry, te quiero! ¡Así, que para, por favor, para! -se levanta con la sangre saliéndole de la nariz y con un tono, que pronto se incrementará, morado en el pómulo, tan cerca del ojo derecho que hace que su verdor resalte muchísimo más. Aunque me mire a mí tiene los ojos perdidos en otro sitio y puedo atisbar que su mente también. Le toco ambas mejillas con las manos y noto su piel fría, algo no demasiado normal; ya que soy yo la que siempre tiene la tez congelada.

-Me quieres. -susurra reaccionando. Pero más que una afirmación parece una pregunta. Una pregunta con la que convencerme a mí misma y a él también. Asiento y le muestro una sonrisa triste.

-Sí, Harry. Te quiero. -un amago de sonrisa llega a su cara y dándome la mano me pide que nos vayamos.


Eternal ▴ H. S [EDITANDO]Where stories live. Discover now