Capítulo 21. Trois, quatre et cinq

497 41 0
                                    

Año nuevo está muy próximo y Dustin habla muy entusiasmado sobre el viaje indeterminado que realizaremos muy pronto. Le comento que en vez de ir en coche a cualquier parte podríamos viajar a Islandia. Jamás he estado allí y seguro que la experiencia promete. La verdad es que dejar atrás Holmes Chapel sí que es prometedor. Niall me ha mensajeado varias veces, ¿qué pretende? Cuando Dustin descubrió mi "pequeñísimo" arrebato de rabia se limitó a ayudarme a recoger y reconstruir lo menos dañado. Aquella noche no dormimos intentando unir cada página con su respectivo libro. Mientras comemos mi hermano suelta sin más:

-Deberías salir.

-¿Qué?

-Llevas tres semanas sin pisar la calle y no te has relacionado con nadie más que conmigo y el ordenador.

-No es necesario que salga. -pero a mi hermano no le vale eso, él insiste e insiste e insiste.

-He pensado en que podrías visitar un psicólogo. -dejo el tenedor sobre el plato.

-¿Un loquero?

-Un psicólogo, temporalmente, para charlar con alguien y contarle lo que te sucede, te vendrá bien para desahogarte.

-Un millón de dólares me vendría bien para salir de aquí pero no atraco ningún banco. -no sé si pilla mi contestación pero ignorándola, ¿qué hace Dustin? Insistir.

-Hess, no te digo que vayas ya pero estoy seguro de que hablar... -levantándome  de malos modos estallo:

-¡No fui a un puto comecocos cuando nuestro puto padre me violó, no fui a un puto loquero cuando a mamá la asesinaron por confundirla con una puta, no he ido a un puto psicólogo a pesar de tener más traumas que pelos en la cabeza así que no iré un puñetero tío que me oiga sin interesarse lo más mínimo y que me cobre sesenta pavos la hora porque NO LO NECESITO! -mi respiración exaltada se calma y para quitarle hierro al asunto, si es posible añado: -No estoy depresiva, Dus, ni loca, ni nada... Estoy harta. -suelto en un suspiro pero ocultando el verdadero motivo de mis actos. Me marcho a mi dormitorio mas Dustin me persigue y se planta fuera del dormitorio.

-Me importa una mierda que me pegues, grites o denuncies a la policía, pero si es preciso te sacaré a rastras de esta puta casa y por a rastras me refiero a tocándote. -coño, esta vez va en serio. -¿No quieres ir a un psicólogo, no? -niego. -Pues a la puta calle. -abro los ojos de par en par. -Me refiero a que salgas ahora mismo, que te de el aire y veas algo más que las deprimentes paredes de esta casa. -me fijo en mi aspecto mientras camino con él detrás a la puerta.

-Dustin...

-¿Sí?

-Estoy en pijama. -informo con un pie fuera de la casa.

-A tomar por el culo. -y dándome un bolso que descubro que porta dinero y el móvil cierra la puerta detrás de mí. Me encojo de hombros. Va a ser hasta divertido. Pero mi seguridad se disipa cada vez que paso por delante de las pijillas cada vez más frecuentes de Holmes Chapel. Vamos, Hess, ¿qué te van a decir, piojosa, pobre? En su interior tienen un vacío más grande que su vestidor. «Igual que tú.» Cierro los ojos deseando desaparecer y veo mi salvación: un autobús. ¿A dónde voy? No lo sé. ¿Me importa? Tampoco lo sé. Me subo y el conductor me mira de arriba a abajo, le muestro una sonrisa de suficiencia y me dirijo al final del todo. La gente me observa y girándome digo:

-Son unicornios, por si queréis saberlo. -el gentío aparta la mirada avergonzada pero para vergüenza la mía cuando el autobús se pone en marcha y me como todo el suelo. Intentando levantarme una mano claramente masculina aparece en mi vista. Sería, en cierto modo, una auténtica putada que se tratase de Harry, pero alzando la vista me encuentro con un chico de unos ojos limpios y azules, moreno y de complexión fuerte que me sonríe mostrándome unos dientes perfectos. A pesar de que el contacto no es mi fuerte se la acepto poniéndome en pie.

-Gracias. -susurro.

-Adonis, Adonis Restell. -dice sentándose mientras yo lo hago a su lado. Me ofrece nuevamente la mano y se la estrecho cordialmente mientras digo:

-Hess... -me mira esperando más. -Hessa Delevingne... Así que un dios griego, ¿eh?

-Concretamente el de la belleza. -contesta sacando el mentón y fingiendo egocentrismo. Me río. Y eso me sorprende, hace bastante que no lo hago sinceramente.

-¿A dónde va este autobús? -frunce el ceño.

-Oye, siento preguntártelo pero pareces una...

-¿Una cabra, una rarita, una puta loca? Me enorgullece decirte que así es. -se echa a reír.

-Pareces una fugitiva, bueno con ese pijama y sin saber a dónde vas yo juraría que te acabas de escapar de un manicomio.

-Puede que sí. -abre los ojos y vuelvo a sonreír. -Qué va, mi hermano me ha echado de casa.

-¿En serio? -pregunta con incredulidad.

-Bueno, lo ha hecho por mi bien, así que no le quitaré de mi testamento. -contesto en un suspiro.

-Este bus va a las afueras de Holmes Chapel.

-No jodas, que no tengo dinero para volver. -pregunto mirando a todos  lados y dándome cuenta de que estoy lejos.

-Ya, seguro que es eso.

-Bueno... y que me da miedo volver sola a casa. -murmuro sonrojándome. Él suelta una risita.

-Te propongo una cosa, aunque no creo que vayas a acceder. -le miro y enarco una ceja. -Yo debo bajarme dentro de dos paradas porque voy a ver a mi hermana ya que acabo de tener un sobrino. Si te parece vienes conmigo y después te acompaño a tu casa o a la parada de autobús del que te lleve de vuelta.

-Ni de coña. -suelto sin pensar. Él se ríe. Si sabe que no voy a aceptar, ¿por qué lo propone?, ¿y si al bajarme aparecen cuatro rusos, (es un ejemplo, que nadie se ofenda) me cogen, me violan y termino decapitada o secuestrada en el maletero de un coche?

-Puedes esperar fuera de la casa. -le miro, a lo mejor es una táctica. -Es un vecinadario y aún no es de noche, hay gente por la calle y me apuesto lo que quieras a que para cuando estés a mitad de camino de tu casa, tú sóla por la calle, ya sólo habrá escoria. -no, si me lo estoy planteando y todo... El autobús frena bruscamente. Adonis se pone de pie y me mira: -Yo me bajo aquí, ¿y tú? -le miro sin saber qué hacer y entonces se baja del autobús.


Eternal ▴ H. S [EDITANDO]Where stories live. Discover now