Capítulo 31. Tanto en lo bueno como en lo malo

428 33 0
                                    

La semana pasa en un suspiro. Compramos la pintura y finalmente nos pondremos manos a la obra hoy. Me decanté por un turquesa claro que me transmite paz, Dustin eligió el azul eléctrico. No hay noticias nuevas sobre el abuelo de Harry, sigue su camino a la muerte, y a Harry cada vez le afecta más este asunto.

-Conque cohetes, ¿eh? -bromea. Hoy parece no tener ese humor tan sombrío. Sonrío imperceptiblemente, no te reirías si supieses el motivo de por qué no convivo en mi antiguo cuarto.

-Siempre soñé con viajar a la Luna. -miento.

-Ya, y Dustin vivir entre margaritas, ¿no? -replica con una sonrisita. Da la segunda capa de pintura y ya no se ven lo cohetes. Le observo, me encanta como le quedan esos vaqueros, lástima que vayan a terminar perdidos. La primavera se aproxima y hoy hace un calor de mil demonios, incluso un sol radiante adorna el cielo. Me quita la brocha pequeñita con la que hacía los recortes con la pintura turquesa.

-¿Qué haces?

-La necesito. -se excusa. Enarco una ceja.

-Eso no te da derecho a quitármela porque la estoy usando yo. -sonríe y sigue a lo suyo. ¿Quiere guerra? Pues tengámosla. Cojo el rodillo y lo empapo en pintura blanca, Harry con pulso firme traza una línea alrededor de un enchufe, yo doy rienda suelta a mi creatividad y le paso el rodillo por la espalda. Se gira con los ojos muy abiertos. -No te quejes que la camiseta negra con esa raya desigual blanca a quedado preciosa. -intento no reírme pero es que su cara es un poema. Asiente y sonríe antes de volver a lo suyo. Frunzo el ceño y me muerdo el labio. Del bombo de pintura turquesa tomo el otro rodillo y se lo paso por el brazo. Bufa pero se ríe.

-Estás hoy tú muy graciosa, ¿no?

-¡¿Yo?! Para nada. -ironizo.

-A ver quién de los dos se ríe más. -espero que se abalance sobre mí y comience a pintarme o a hacer a saber qué pero dejando la brochita en el bote turquesa coje el borde de su camiseta y se la quita.

AY.

DIOS.

Observo su tonificado cuerpo, cada abdominal, los bíceps y creo que he comenzado a babear. Una infinidad de tatuajes cubre su escultural torso, pero me fijo en las dos golondrinas en la parte superior de su pecho, bajo las clavículas. ¿Qué significado tendrán? La mariposa en el centro de su estómago me tiene hechizada. Sonríe, mierda, ¿cuánto llevo mirándole? Seguro que es ésto lo que quiere. Pues haré como la que nada, seguro que terminará cogiendo frío y volverá a ponerse la camiseta. Asiando el mango del rodillo comienzo a pintar la segunda pared mientras él recorta la tercera. Acabaremos de pintar en un periquete. Me fijo en cada movimiento que hace, Dios como se le tensan los músculos bajo la piel. Su tatuada piel... Los omoplatos se le marcan en las anchas espaldas.

-Hess, llevas tres minutos dándole a la misma zona. -dice Dustin que ha aparecido en el cuarto. Aparto la mirada y me descubro mordiéndome el labio. Echo una última mirada a Harry que se ríe y paso a otra zona de la pared. -Dejaos de striptease, debemos acabar pronto. -ordena mi hermano mientras se va, riéndose, por supuesto. Hacia las una hacemos un parón para comer, nos queda la mitad de una pared para acabar. A Dustin le faltará aún, pues ha estado él solo. Tirados en el suelo del dormitorio comemos unos sandwiches.

-Te vas a constipar. -digo con la fe de que se ponga de una vez la camiseta.

-A lo mejor me desgasto. -frunzo el ceño, no le he entendido. -Como no paras de mirarme...

-Serás arrogante. -contesto mientras le tiro un trozo de pan.

-Sí, sí... -replica esquivándolo. Me levanto como si nada, Dios, qué mala soy. Finjo mirar la pared y con muuuuuucho disimulo mojo otro cacho de pan en la pintura turquesa. Me giro aún sin parecer sospechosa y... ¡pum! En todo el ala derecho. Él se lleva la mano al pecho como si le hubiese dolido. Sonrío altiva y gotas de pintura me llueven. Mierda, ha cogido el rodillo. Esto va a acabar muy mal... Se acerca a mí pero por cada paso que él da, yo doy dos. Intentando no dejarme arrinconar damos mil vueltas por la habitación hasta que al final termino con toda la camiseta llena de turquesa.

-¡Era mi camiseta favorita! -miento.

-No habértela puesto para pintar. -dice mientras descansa en el suelo. Resoplo y me siento a su lado. Veo otra brochita más pequeña y me acerco al bombo de pintura blanca. En su brazo izquierdo -el que no está turquesa- escribo «Mine» él gira la cabeza para leerlo y se ríe. Me pide que me gire y noto la fría pintura en la parte baja del cuello, casi a la altura de los hombros.

-¿Qué me has puesto? -inquiero desconfiada.

-Lo mismo que tú. -«mine» mis labios se curvan y los suyos también.

Más pronto de lo previsto acabamos y decidimos darnos una ducha. Me cede el primer turno y así ayudará a Dustin. Cuando dejo la ropa de cambio en el baño me acerco al cuarto para ver como van. No siento los mismo escalofríos al aproximarme a la entrada que los que suelo sentir cuando estoy sola. Las margaritas permanecen ocultas bajo el maravilloso azul eléctrico. Dustin y Harry bromean mientras pintan y se ponen a charlar sobre fútbol. De repente el móvil de Harry suena y se le cae el rodillo de la manos, entonces me temo lo peor. Sale corriendo y miro a Dustin antes de ir detrás de él. Al llegar a la entrada observo como golpea con fuerza un poste de madera. ¡Se va a hacer polvo los nudillos! Corro e intento hacerlo parar hasta que me veo en la obligación de interponerme entre el poste y él. A duras penas consigo que vuelva en sí, entonces descubro su rostro bañado en lágrimas y un extraño impulso que logro reprimir desea besarlas una a una. Pongo mis manos en su rostro y le acaricio con los pulgares, me mira y niega con la cabeza. Le abrazo, con toda la fuerza que me es posible, con todo el consuelo que puedo, con todo el amor que mi cuerpo es capaz de transmitir.

Creo que Harry albergaba la esperanza de ver recuperado a su abuelo, aunque supiese que no había posibilidad, pienso que el creía que George saldría de ésta. Tras enterrarle pude ver como Harry sufría cada vez menos hasta que ha logrado asimilar que su abuelo hace un mes que nos dejó. Lo más increíble es que a pesar de su desgracia ha seguido logrando hacerme sentir especial. 

Eternal ▴ H. S [EDITANDO]Where stories live. Discover now