Capítulo 43. Después de la tempestad no siempre llega la calma

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Joder, sé que ha sido sin querer. Que en cierto modo me ha defendido. Pero no puede lanzarse a la yugular de todo aquel que se pase un poco conmigo. Sé que Ramón no tenía derecho a ello, ¿pero y As? ¿Qué habría hecho de estar presente el día que David me tiró los trastos? Harry es un encanto pero es capaz de sacar su fiera interna en un nanosegundo, cosa que no puedo permitir. Agradezco con toda mi alma el fresco de marzo. Suspiro y oigo la puerta abrirse. «Que no sea Blaire... Que no sea Blaire... Que no sea Blaire... Que no sea Blaire...» En estos momentos no me apetece en absoluto ningún tipo de comentario suyo. Cuando me giro encuentro unos ojos azules que me miran llenos de preocupación.

-Hess...

-No, Niall. Es un bestia. ¿Acaso no os habéis dado cuenta... vosotros, sus supuestos amigos?

-Claro que sí. -hasta ahora tenía el ceño fruncido pero su expresión se ha ido suavizando hasta dejar paso a una arruga en la frente. -Pero también nos hemos dado cuenta de que Saunders ha cambiado. -tiene las manos en los bolsillos y yo me niego a mirarle. -No es el típico mujeriego que todos creen que es, pero jamás ha tratado a ninguna chica como a ti. Ni siquiera Valerie ha sacado ese lado suyo. Debes comprender que es bastante temperamental y que tiende a defender lo suyo...

-Ése es precisamente el problema. Que yo no soy un objeto para poder ser de su propiedad. Y a veces actúa como si lo fuese. Harry es la persona que mejor me ha tratado de este mundo. Pero cuando pierde los estribos no tiende a razones. Él ha hecho que esta situación pasase de castaña a oscura.

-Quizá lo expulsen. -informa. Le miro enseguida. -Hess, sólo quería que supieses que él no está acostumbrado a tratar con chicas, y mucho menos con chicas como tú.

-¿Raras?

-Especiales. -por especial entiendo afenfosfóbica, pero sin tiempo de preguntarle a qué se refiere veo que desaparece tras la puerta principal. Me muerdo un carrillo sin saber muy bien qué hacer. Tan sólo debería hablar con él y solucionar las cosas. Entro de nuevo en el instituto, siendo objetivo de miraditas y comentarios no tan bien susurrados. Decido pasarlos por alto y me reúno con Louis, Liam y Niall que esperan fuera del despacho del director, juntos por y para una razón; su amigo. Eso hace que sonría levemente y entonces del despacho sale Ramón Calvo. Ni siquiera me mira pero yo por el contrario veo que se marcha. Esperamos allí una eternidad y mi cuerpo escucha a los chicos hablar de temas triviales e incluso de su preocupación por Harry, pero mi mente piensa en qué pasará. Tras al menos una hora y media esperando la puerta se abre y Harry con el pómulo moradísimo sale. En su semblante brilla la indiferencia, como si se tratase de algo habitual. Pero al verme intenta camuflar la preocupación; sin resultados positivos. Hago una especie de mueca con la cara, la cuál yo determinaría como sonrisa, pero que no creo que haya quedado como tal. El director Campbell sale y me indica que pase. Me muerdo el labio y entro. En el despacho la atmósfera está cargada de tensión y pronto este sentimiento se adueña de mí, poniéndome de lo más nerviosa. El director me mira suspicazmente y me revuelvo incómoda en la silla.

-Como bien sabes, tu novio...

-Amigo. -corrijo, sin saber muy bien por qué. Campbell se aclara la garganta y prosigue:

-Saunders se ha enzarzado con el profesor Ramón. -asiento. -Me gustaría oír tu versión de los hechos, ya que por lo que tengo entendido has sido precisamente tú el desencadenante de la pelea. -vuelvo a asentir y humedeciéndome los labios comienzo:

-Harry y yo nos besábamos en el pasillo. -me sonrojo al decirlo pero sin perder la compostura sigo: -Le dije que Ramón nos miraba y entonces él...

-¿Él?

-Harry. Él se dirigió a Ramón y le dijo que no se enfadase, que había más alumnos haciendo lo mismo que nosotros.

-¿Qué pasó después?

Eternal ▴ H. S [EDITANDO]Where stories live. Discover now