Capítulo 44. Oscuridad

309 27 2
                                    

Le miro y escruto con los ojos. No veo más que arrepentimiento y ruego por mi perdón. Me observa con expresión cauta, como las primeras veces que estaba conmigo. Deseo correr y abrazarle, pero primero he de hacerle saber lo que pienso.

-Lo siento. -musita. Mi cuerpo involuntariamente se pone tenso cuando se acerca a mí y presiento que estamos volviendo a atrás, a cuando temía tenerlo cerca. -Te juro que no me di cuenta... Que fue sin querer y...

-Lo sé, Harry. Lo sé. -suspiro. Se aproxima a mí e inconscientemente retrocedo dos pasos. Frunce el ceño y aparto mi mirada de la suya.

-Hessa... -no sabe qué decir y aunque yo sí tengo mil palabras en la boca no me salen. El timbre suena, haciéndonos saber que es hora de marcharse.

-Debo irme. -digo y paso por su lado sin más, dejándole totalmente abatido. Llego rápidamente hasta el aula y recojo mi maleta. Blaire se acerca a mí.

-No, Blaire. No es el momento para nada. -advierto cortante. Asiente apocada y se aleja mientras yo termino de guardar algunas cosas. Cuando salgo me acerco a Louis, con el que tengo aún una relación bastante estrecha, con la esperanza de que me informe sobre el veredicto de Campbell.

-Probablemente sea expulsado, Campbell ha intentado hacer la vista gorda pero esto ha sido la gota que colma el vaso. -asiento. -Hess, intenta hablar con él. Dale la oportunidad de disculparse.

-Vale. -accedo. -Hasta luego, Louis.

-Hasta mañana, Hess. -nos despedimos y comienzo a cavilar. ¿Se esfuerzan tanto sus amigos en que «perdone» a Harry por eso: por ser sus amigos?, ¿o realmente merece que le escuche? Más que yo nadie desea que la paz se vuelva a instalar entre ambos, pero siempre sucede algo que supera lo anterior.

Tengo entendido que hoy trabaja a las cuatro en la panadería. Mientras camino me percato de que a pesar de estar en marzo hoy el cielo es gris; acorde a mi estado de ánimo. Entro y la campanita me recibe con el habitual «tilín.» La última vez que estuve aquí terminamos discutiendo y enfadados, espero que al irme hayamos solucionado algo.

-Hola, un segundo. -dice en la trastienda. Cuando sale se queda pasmado. -Hessa. -sonrío lévemente.

-Sí... -digo.

-¿Vienes a por pan o...? -es obvio que sabe que no es por eso por lo que estoy aquí, pero creo que no se atreve a hablar del tema.

-Me gustaría que hablásemos sobre lo sucedido hoy. -asiente y me invita a pasar.

-Abuela, ¿puedes ocuparte de la tienda durante media hora?

-Claro. -dice Mabel. -Hola, Hess. No sabía que estuvieses por aquí. -asiento y me regala una sonrisa contagiosa. Salimos por la puerta de atrás y descubro un banquito en el que sentarnos. Me sigue y una vez allí me quedo nuevamente sin palabras.

-¿Te van a expulsar? -asiente, muy a su pesar. Cierro los ojos. -Lo de hoy no ha estado bien. Tampoco lo estuvo como actuaste con As. No quiero que por lo más mínimo le partas la cara a alguien.

-¿Lo más mínimo? Hessa, As te besó y el cabronazo ese te tocó.

-Lo sé. Pero no me refiero únicamente a estos dos últimos días. No quiero que andes por ahí pegándote con nadie. No me gusta quién eres cuando pierdes la razón. -suspira. -No eres tú.

-Hessa te mentiría si dijese que me arrepiento de lo hecho. De lo único de lo que no estoy orgulloso fue de empujarte.

-¿Me estás diciendo que te enorgullece haber pegado a As y a Ramón? -no doy crédito a lo que dice y deseo que lo que le pase es que no sabe explicarse.

-No es algo por lo que me colgaré medallas, obviamente, pero tampoco lloraré. Hessa el motivo de mis actos has sido tú -no me lo recuerdes... -No hay nada que haga por ti que sea con mala intención.

-Yo no quiero que te pegues con nadie por mí. Sé cuidarme solita. -suelto.

-¿Ah sí? No parecía que tuvieses la situación bajo control cuando Ramón te agarró. -espeta. Eso ha sido un golpe muy, muy, bajo. -Joder, Hessa. Dejémoslo estar, por favor.

-¿Cómo quieres que deje estar lo que está pasando?... ¿Por qué te pegaste con Niall? -digo entonces, recordando las tundas que se metieron a principio de curso.

-Ya te lo dije: me provocó. -enarco una ceja.

-Exactamente, ¿cómo te provocó?

-¿Vas a hacerme un interrogatorio? -le miro a la espera de su respuesta, que no tarda en llegar: -Insinuó que si quisiera podría estar entre tus piernas en menos de una semana. Él ya sabía que me había fijado en ti. -¿en serio...? ¿Niall dijo eso? Y yo que lo consideraba simpático... A lo mejor a buscado lo que pensé que hacía Harry: intentar escribir mi nombre en su lista de conquistas. Cierro los ojos y le doy la espalda. ¿Por qué he acabado siendo yo el desencadenante de tantas peleas?

-¿Por qué has dado la cara por mí?, ¿por qué no lo has dejado estar? -me niego a creer que Harry me quisiese cuando sucedió lo de Niall. Me niego a pensar que un chico como él quisiera estar con una chica como yo. Aún tengo amor propio y no me echaré por tierra, pero, ¿por qué soportar mis problemas, teniendo los suyos, si realmente no sabemos adónde puede llegar mi resistencia? Agacha la mirada. Frunzo el ceño, Harry sólo hace eso cuando está: arrepentido o avergonzado. -¿Qué me ocultas, Harry? -niega con la cabeza mientras tensa la mandíbula. -Vamos, ¡dímelo! -exijo.

-¡No oculto nada, Hessa! -ha alzado la voz. Demasiado. Se aproxima a mí y sin dilación me besa, pero no le correspondo. Propinándole un empujón me lo quito de encima.

-Sé que mientes. -acuso.

-No lo hago.

-Entonces, ¿por qué apartas los ojos de mí constantemente? -quizá lo conozca más de lo que creo. Profiere un largo suspiro y entonces dice yendo hacia la puerta trasera:

-Debo volver al trabajo.

-Harry.

-¿Sí? -inquiere con un deje de esperanza al volverse hacía mí.

-Los secretos si se acumulan, terminan estallando en la cara. -mira al suelo y examinándome con sus ojos verdes asiente mientras se va.


Eternal ▴ H. S [EDITANDO]Where stories live. Discover now