Capítulo 37. Sombras calladas, sentimientos gritando

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Anoché no dormí.

Di una vuelta.

La segunda.

La tercera.

Así hasta que a la duodécima decidí ponerme a leer. Las páginas del libro no me entretenían por lo que me asomé a la ventana. La noche fuera parecía aburrida y... algo espeluznante. Cerré las cortinas y me acomodé en la cama con el ordenador. En la página web del instituto encontré fotos de Harry cuando era más pequeño en algunas de las fiestas y la mandíbula me rozó el suelo (fijáos si abrí la boca que incluso en la cama lo rozaba) cuando vi una foto suya en la que salía con As. Harry tenía un brazo pasado por encima del cuello de As, que sonreía abiertamente a la cámara. ¿De qué se conocerían?, ¿siguen en contacto?

Por la tarde me llega un paquete, cuando lo abro dentro hay un pequeño trofeo con la inscripción "Primera ganadora del concurso Joven Promesa" ¿Primera? Pensé que no había posiciones. Junto al trofeo veo un papel, lo cojo y sentándome en el sofá leo:

¡Enhorabuena Hessa Delevingne! En dos semanas, el lunes 24, se celebrará el vigésimo noveno certamen de Literatura Joven. Al haber participado en el concurso Joven Promesa que todos los institutos realizan para sus respectivos alumnos, y ganado, dispones de la opción de participar en el certamen.

En el concurso te daremos un estímulo sobre el que escribir, es decir, un tema, frase, objeto... etc..., del que a partir de ahí tendrás que desarrollar el texto. Podrás escribir dentro del género que quieras. Los diez ganadores que saldrán elegidos serán apremiados con un viaje adónde ellos eligan durante una semana (vuelo -ida y vuelta- y hotel incluido.) Además, este año hemos añadido una nueva opción: ¡podrás viajar con alguien que eligas, también con los gastos pagados!

Mucha suerte, ¡y que gane el mejor!

Eivery Lauren, directora del concurso Literatura Joven.

Enarco una ceja. Menudo rollo para un concurso. Por supuesto que no pienso participar, detrás del papel perfectamente doblado hallo una dirección y rasgándolo me aseguro de que nadie pueda encontrar la manera de que participe. Me pregunto entonces si Harry participará ya que él fue otro de los ganadores. Decido llamarle y tras saltarme el buzón de voz dos veces lo coge. Oigo su respiración agitada al otro lado del teléfono y frunciendo el ceño imagino muchas clases de cosas que podrían haber provocado ese estado.

-¿Harry?

-Sí, dime.

-¿Qué haces?

-Correr. Bueno, ahora mismo he terminado de estirar, por eso no te lo he cogido antes. -me preocupa que sienta un gran alivio al saber qué hacía. ¿En qué clase de chica me estoy convirtiendo?

-Me preguntaba si tú participarías en el certamen de Literatura Joven.

-La verdad es que no lo teng... Un segundo. -oigo de fondo unas risas, seguidas de otras de Harry y entonces oigo la voz de Sarah.

-¿Es esa Sarah?

-Hessa te llamo enseguida. -cuelga sin que pueda contestarle y me imagino a mí misma como los dibujos de la tele con llamas en los ojos desquiciados perdidos. Los celos me invaden con tanta fuerza como la oscuridad lo hace cuando me tocan. Siento el extraño presentimiento de que Sarah no va a traer nada más que desgracias entre Harry y yo. Como él prometió me llama al cabo de dos minutos. -Lo siento.

-¿Era Sarah, verdad? -¡AY, DIOS! ¡He sonado como la típica novia celosa que malvive en una relación tóxica!

-Hessa, ¿estás celosa?

-No. -miento, oigo como intenta disimular la risita que suelta y me obligo a dejar de sonreír como una tonta al oírle. -¿Debería estarlo? -replico, volviendo a coger la sartén por el mango.

-En absoluto, pero te recuerdo que en realidad no somos nada. -toma, éso ha sido como Sheldon Cooper diría, un auténtico zas en toda la boca. La cruda realidad me golpea y realmente lleva razón. -Aún así, -añade- puedes estar tranquila. Sabes que sólo tengo ojos para ti. -concluye finalmente. Me lo ha demostrado, joder, lo ha hecho y con creces, pero, ¿cómo ganar a esa belleza pelirroja? Aceptémoslo, Sarah es una auténtica diosa. -¿Hessa?

-Sí, sigo aquí.

-Como te decía, no tengo claro si participaré. ¿Y tú?

-Está claro que no. Aún no sé como llegó mi redacción hasta las manos de Ramón Calvo. Eran pensamientos íntimos que escribí una tarde para desfogarme, no me apetecía compartirlos con nadie y mucho menos con un profesor amargado que se aburre leyendo las penas de otro. -guarda silencio y algo me dice que él tuvo que ver con mi repentina inscripción en el concurso. -¿Harry?

-¿Sí?

-¿Acaso tuviste tú algo que ver con que mi redacción llegase hasta Ramón?

-¿Yo? ¡Claro que no! -ts... miente de pena. Decido pasarlo por alto, no quiero discutir, pero tras despedirme de él me pregunto cómo lograría hacerse con el escrito para entregarlo en mi nombre.


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