Capítulo 24. Caminemos, caminemos, caminemos

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Literalmente a rastras mi hermano me saca de la cama. Anoche llegamos a la una y media, (pues tomamos algo en un pub) pero no fue hasta las cuatro que logré dormirme. Así que a las siete y media mientras me doy una ducha de agua fría repaso mentalmente lo que haremos hoy. Dustin me ha dicho que haremos turismo por ahí, que comeremos en algún sitio y que andaremos hasta reventar. La Torre Eiffel la visitaremos el día de Año Nuevo. Recuerdo el numerito de anoche y tan sólo de imaginarlo suelto una carcajada. Le dije a mi hermano que le diese su número de teléfono a la pelirroja cuando íbamos saliendo del Mariette. Dio la casualidad de que se hallaba ella sola en la mesa (no sé dónde andarían los que la acompañaban). Así pues con toda su autoestima por los aires y el ego todo hinchado dentro de él; mi hermano se acercó a la muchacha. Al principio le habló en francés pero ella como pudo le explicó que hablaba inglés, mi hermano le dijo que también y entonces le ofreció su número pero ella lo rechazó, confundido Dustin le explicó que la pillé mirándole y la chavala contestó: (hiriendo profundamente el amor propio de mi hermano):

-No te miraba a ti, la miraba a ella. -y entonces dirigió sus dos ojazos azules a mí, intentando contener la risa aparté la mirada por si pensaba que era una cotilla. Mi hermano se acercó a mí y casi riéndose me dijo mientras nos dirigíamos al coche:

-Me has levantado el ligue.

-¡¿Yo?! -exclamé partida de la risa. -Me ha fallado el radar, Dustin, no sabía que la chavala era de la otra acera.

-Ya, seguro. -murmuró algo malhumorado o decepcionado, no sabría decir. Después de aquello fuimos al pub y más tarde volvimos al hotel.

Cuando salgo de la ducha más despejada me pongo unos leggins negros, una sudadera rosa y mis nike rosas. Me recojo el pelo en una trenza que me cae por el hombro derecho y ya estoy lista. Busco a mi hermano y juntos salimos del hotel hacia las nueve para desayunar en algún sitio.

Tras haberme recorrido París en un día y haber visitado muchos monumentos me deshago en un baño de agua tibia que elimina el cansancio a cada minuto que permanezco ahí, como un garbanzo en remojo. Hemos visitado el Arco del Triunfo y también el Madeleine. Después de aquello fuimos a algunos parques muy visitados y a continuación comimos en Roomies un sitio dónde preparan unas hamburguesas y bocadillos para chuparse los dedos. Por la tarde fuimos de compras y me hice con, además de regalos, un montón de ropa, (Dustin no se quedó atrás). En definitiva: nuestro segundo día en París ha sido de lo más productivo. Esta noche iremos a un pub-pizzería con muy buena reputación: L'Assommoir, así que doy por sentado que la cena será más informal. Me pongo un top con unas cadenitas a modo de tirantes y unos vaqueros ceñidos. Paso de zapatos incómodos ya que hemos decidido ir andando y así ver mejor París de noche por lo que decido ponerme unas bailarinas.

Salimos del hotel hacia las siete y media y caminamos mirando cada centímetro del maravilloso París, rememorando cada detalle para impedir olvidarlo. Observamos la iluminadas y pintorescas calles y cuando llevamos un buen rato andando le pregunto a Dustin:

-¿Queda mucho?

-No lo sé.

-¿Cómo que no lo sabes?

-No tengo ni idea de dónde estamos. -me quedo quieta y le miro seguir andando.

-¡Dustin ven aquí! -grito. Él se gira y una gran sonrisa se le dibuja en el rostro. -¿Te parece gracioso estar perdidos en mitad de Francia?

-Me hace gracia lo exagerada que eres. -se acerca a un señor mayor que anda del brazo de su anciana mujer, Harry y yo seríamos una pareja de ancianos maravillosa, él un cascarrabias y yo... Cállate, Hessa. -Pardon...-me pierdo a partir de amie, pero deduzco que lo que le ha preguntado es si sabe dónde está L'Assommoir. El hombre sonríe amistosamente y contesta a mi hermano:

Eternal ▴ H. S [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora