Capítulo VI

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No los miré en absoluto, e intenté manejar la ira y la tristeza que apretujaban mi pecho. Era bastante buena fingiendo. Simplemente caniné hacia la silla que estaba entre ellos ya que era la única disponible. Y sentí el olor de mamá acechar mi nariz, mi padre desprendía decepción y algo de cinismo. No sabía por qué ellos estaban ahí pero respiré hondo antes de levantar mi rostro y mirarlos de frente, para detallar sus expresiones. Y había acertado, mi padre andaba disgustado mientras mi madre no mostraba emoción alguna.

Si, ellos apenas acababan de enterarse que su hija era suicida. Mi padre sólo miró mis vendas alrededor de las muñecas y suprimió un grito.

Para entonces, Epha empezó a hablar.

— Bienvenidos a todos esos familiares que nos visitan hoy. Sus opiniones y participación son muy importantes para que este proceso culmine. — dijo la oradora. Y jamás la había escuchado hablar tan diplomáticamente y con una voz tan aguda.

La gemela de Flérida bufó con desesperación y Flérida simplemente la miró con ojos de cuchillos.

Comenzaron con Edmunt, resultaba que las dos chicas jóvenes a su lado eran sus hijas, la menor se llamaba Alicia con cabello castaño claro, mientras la mayor se presentó como Eisa, quien tenía las puntas del cabello pintadas de amarillo el cual hacía un perfecto contraste con su cabello oscuro. Dova hubiese dicho que no está de moda y Nubia le respondería que ese era su problema. Y yo sólo me reiría de sus diferencias.

La señora que acompalaba a Gaal era su abuela, que señora tan dulce y carismática, se llamaba Alcantra, vivía sola con su sobrino el cual no dijo su nombre. Y la chica a un lado de Flérida era su hermana gemela, su doppel-gangerz, quien resultó ser una periodista de alto calibre, así dijo ella, con demasiado orgullo, al final Epha tuvo que preguntarle su nombre porque la chica sólo hablaba de sus triunfos y no decía su nombre. Hasta que dijo "mi nombre es Fulina"

Jobad estaba exageradamente cerca de Donato intentando esconderse detrás de este. Donato sonreía hacia todos como si estuviese en una fiesta, pero sus ojos estaban cristalizados, y su nariz un poco roja. Si yo sabía fingir, Donato lo hacía mejor.

Y había llegado el turno de mis padres.

— Soy Inás. Y este es mi esposo Hobal. Somos los padres de Gemma. —

— ¿Inás? ¡Significa sociable, Gemma! — exclamó Donato con entusiasmo — Hobal es el Dios del Sol. ¿No es increíble? ¡Tus padres tienen tanta etimología como tú! —

En serio que eso le emocionaba, debía admirar a Donato, estaba feliz y disfrutando solo. No había ningún adulto a su alrededor, ni un familiar. Mientras yo estaba entre mis padres que se preocupan tanto por mi, si, habían personas que la tenían peor que yo. Jobad asentía mientras miraba con ojos brillantes hacia Donato.

Yo sólo le envié una sonrisa a Donato, fingiendo una felicidad.

— Que gusto tenerlos a todos aquí. — dijo Epha – Espero que pasen un buen tiempo. Los acompañantes les harán preguntas a los internados para aclarar todas y cada una de sus dudas, los internados deben responder con la verdad, total y pura verdad —

Ay no. Si hubiese sabido que aquello iba a pasar hubiese preparado mis mentiras y excusas para no hacerlos sentir mal. Eran mis padres y me seguía preocupando por ellos, los amaba tanto que sería capaz de mentirles para hacerles creer que estoy perfectamente.

Toda la habitación se llenó de murmuros y mis padres se colocaron frente a mi bloqueando mi vista hacia Donato. No quería responder preguntas, no estaba lista ni siquiera.

Mi madre se aclaró la garganta y se movió del cabello a un lado, mi padre intentaba no clavar su mirada en mi.

Creo que yo tenía mas preguntas que hacer que ellos.

Cut Room - A.P Ávila.Where stories live. Discover now