Capítulo XXXVIII

755 36 18
                                    

Lidiar con un Donato drogado no fue fácil, decía una locura tras otra. Nada tenía sentido. Pero... realmente... ¿cuándo Donato ha tenido sentido? Reí para mis adentros mientras lo observaba mirar el tejado. Jobad debía ir a dormir y descansar de su mas agitado día. Decidí quedarme con Donato toda la noche y para mi sorpresa, nadie dijo lo contrario.

Ya teníamos mas de veinte minutos callados, pensé que se había quedado dormido, pero cada dos minutos lo pillaba mirándome, chequeando a ver si estaba dormida.

- ¿Qué estás pensando? - le pregunté rompiendo el silencio.

- En el futuro. Nuestro futuro. - respondió mirándome.

El efecto de las drogas ha habían pasado hace horas, era mas de media noche.

- No me agrada el futuro.

- Así decías decías en el pasado, y estás adorando el presente - dijo, tan sabio como siempre.

- Eres... tú... eres tan...

- ¿Tan qué? - me retó penetrando mis ojos con loa suyos.

- Tan Donato. - respondí casi en un suspiro.

- Y tú eres tan Gemma al decir cosas así. Creo que por eso nos llevamos bien. Todas las Gemmas deben estar con los Donatos. - besó mi mano que estaba entrelazada con la de él.

- Lo acabas de inventar - dije rodando los ojos.

- Tal vez. Pero sabes que es cierto. - dijo, posando sus ojos sobre mis labios intensamente. - Ahora quiero besarte, ¿puedo besarte?

Iba a responder con palabras, pero preferí hacerlo con nuestra nueva forma de comunicarnos.

Apreté su mano una vez, y lo entendió. Me haló hacia él, y tomé sus labios entre los míos. Este beso fue mas nuestro que cualquier otro. Tenía una nueva historia con él, tenía recuerdos y sonrisas. Era cierto que temía al futuro, le tenía mucho miedo. Pero supongo que ahora era otra persona de hace un mes, y a un lado de Donato, ¿qué cosa puede salir mal?

***

Una semana después, de que dieron de alta a Donato, decidimos hacer algo que hace mucho tiempo no hacíamos juntos. Ir a patinar hielo, junto a Jobad esta vez, Donato no perdonaba a Harsile por haberle roto el corazón pero yo, aún con alguna esperanza de que pudiesen estar juntos de nuevo, lo invité a escondidas de aquellos dos.

Toqué la puerta de su misma habitación (ya que Epha negó su mudanza porque ella no iba a atender malcriadeces de Harsile, y ella tenía razón)

- Gemma - abrió la puerta un Harsile cansado y roto.

Sus ojos no destellaban ninguna felicidad, lo que era un verde brillante y feliz ahora era mas un gris verdoso con aires vacíos.

- Iremos a patinar en la pista aquella, la de arriba, tú sabes, bueno... quería decirte que te invitamos- te invito, de hecho. - dije con algún aire de nervio. - No estás obligado, sólo que si vas sabré que quieres regresar con Jobad y de verdad te interesas por él como él se interesa por ti. Supongo que... eso era todo... espero verte.. allá. Es ahora.

Él simplemente asintió, aunque se quedó mirando el suelo, cerró la puerta lentamente, dejándome allí fuera en el pasillo.

Sabía que estaba presionando las cosas, sabía que no era mi resposabilidad la de volver a unirlos, pero Jobad y Harsile eran, según mi perspectiva, la pareja perfecta. Tan diferentes y especiales al mismo tiempo. También sabía que alguno de ellos dos iba a molestarse (sobre todo Jobad, porque bueno... es Jobad), pero tampoco podía quedarme de brazos cruzados viendo como dos personas que se quieren, se separen por sus inseguridades. Me quedé mirando la puerta blanca por unos segundos antes de reaccionar, desperté de mi trance y fui caminando a lo largo del pasillo hasta mi habitación.

Cut Room - A.P Ávila.Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang