Kim Namjoon acepta la invitación de su socio a pasar las vacaciones con su familia, Namjoon accede después de mucho insistir. Cuando su socio le hablaba de su preciado hijo menor se imaginaba a un niño descuidado y sin gracia alguna, pero lo que se...
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Después del agradable desayuno, Kim subió a la habitación que le asignaron. Al quedar bastante satisfecho con respecto a la comida, decidió no bajar a tomar el almuerzo; así que tras tomar una siesta se encontraba observando el amplio jardín desde el balcón. Gracias a la alta vista se podía observar al fondo una amplia cama de árboles verdes y frondosos.
Se mantuvo por unos minutos observando un punto fijo en la lejanía, hasta que el rechinar de algo le hizo desviar la mirada hacía la parte lateral de la casa. De un frondoso árbol colgaba un columpio decorado con frescas y hermosas flores blancas.
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El columpio pasó a segundo plano en cuanto su vista enfocó a quien se balanceaba suavemente debajo de ese árbol. Sin dudas Jin superaba en belleza a cualquier ser o cosa existente.
Con la voz de su conciente repitiéndo lo hermoso que era Jin, se apresuró a bajar para dirigirse al jardín, y así apreciar aún más de cerca a ese bonito chico de cabellos dorados. Al estar mínimamente cerca un par de voces femeninas le hicieron detener. Se fijó en el lugar al que se dirigía y pudo ver que las hermanas del chico rubio estaban con él.
Ambas chicas caminaban al rededor de su hermano menor como si fuese un especie de presa indefensa.
— Te hemos dicho muchas veces que dejes de querer tener la atención de todos. — Una de ellas se quejaba mientras se detenía a un lado del menor.
— ¿No crees que es lamentable la forma en la que te resbalas como sanguijuela con el señor Kim? — La chica restante fue quien prosiguió a quejarse, al tiempo que hacía casi los mismos movimientos de su hermana. — No me sorprendería que al final lo fastidies y termine marchandose antes de tiempo, y todo por lo fastidioso que puedes llegar a ser. — Siguió hablando.
El rubio tenía la mirada fija en su regazo.
— Que tonto fuiste al darle esos bobos pasteles tuyos. — La hermana mayor de Jin habló con un tono de voz más agudo.
— A él le gustaron. — El de cabellos dorados se apresuró a decir, mientras finalmente dirigía la mirada hacía su hermana mayor.
