DOCE

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Al día siguiente, el ambiente alegre se sentía aún estando dentro de la casa

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Al día siguiente, el ambiente alegre se sentía aún estando dentro de la casa. En toda la calle se podían ver diferentes puestitos de ventas, decorados cada uno de forma única. Habían niños corriendo y jugando entre ellos, y como había dicho Jin, había bastante gente en todas partes; hasta se podía diferenciar quien había llegado desde muy lejos y quién no.

Kim no había visto a Jin en todo el día. Imaginó que el muchacho debió levantarme muy temprano para ayudar a su vecina con todo lo de la venta.
Cuando se asomó a la calle no pudo verlo por ningún lado, pensando que estaría dentro de la casa volvió a entrar, pero nada, no habían rastros de Jin. En el comedor solo estaba Choi con su típica taza de café y el periódico.

—¿Acaso desaparecieron todos? —Cuando entró al comedor no esperaba encontrar a Jin, pero al menos si al resto de la familia.

—Miranda aún no baja, y los niños están fuera. —Al terminar de hablar entraron al comedor un par de mujeres, acomodaron varios alimentos en la mesa y así mismo se retiraron—. Toma asiento, Kim —Choi tomó un sorbo de su café.

— No tengo mucha hambre, pero una taza de café si disfrutaría —dijo tomando asiento.

Al terminar de acompañar a Choi en el desayuno, salió de nuevo al frente de la casa. Todo seguía igual, aunque ahora se podía ver un poco más de gente.

Con las manos entrelazadas tras su espalda, dirigió la mirada hacía la casa de la vecina que lo miraba raro. Por el camino infestado de flores que conectaba a la casa con la calle, caminaba Jin. El rubio llevaba en sus manos una canasta, lo hacía con delicadeza y de forma suave.

Los labios de Kim se decoraron con una sonrisa, el rubio se veía verdaderamente bonito ese día. Vestía con unos shorts blancos y una camiseta suelta color verde pastel, tampoco pudo ignorar la florecita amarilla enterrada en la cabellera dorada del bonito muchacho.

La cejas de Jin se levantaron al ver a Namjoon del otro lado de la calle, acomodó rápidamente la canasta en el puesto que estaba cerca de la entrada, y se apresuró a cruzar para saludar.

—Buenos días, señor Kim —saludó—. Justo iba a buscarlo, porque quiero mostrarle cuánto antes todo lo que están exhibiendo los demás vecinos.

—Buenos días, Jinnie —devolvió el saludo—. Te estaba buscando antes, pero no te ví. —Con su mano derecha acomodó la florecita que estaba en la cabeza del menor, estaba a punto de caer; gracias a los lacios hilos dorados.

Pronto la mano de Kim se vió apresada por la del rubio, este prácticamente le arrastró hasta un puestito dónde se exhibían una especie de esculturas de madera tallada.
Ninguno de los dos era conciente de las dos mujeres que los miraban.

—De nuevo ese hombre tan cerca de Jin —la señora Haneul le comentó a la mujer más joven a su lado.

—Y yo te digo de nuevo que estás siendo paranoica —la mujer castaña habló. Había quitado la mirada de Namjoon y Jin para volver a acomodar más frascos de mermelada.

Caja De Cristal   |Namjin|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora