TREINTA Y CUATRO

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Lo dejaron todo, lo dieron todo, ese caso impulsó hasta lo menos esperado

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Lo dejaron todo, lo dieron todo, ese caso impulsó hasta lo menos esperado. 

Jung Hoseok solo pudo sentir una fuerte descarga de satisfacción pura al ponerle las esposas a Kim Namjoon. Él no podía seguir saliéndose con la suya, ya había hecho demasiado y su etapa dorada se tenía que terminar.

Había pasado un largo tiempo desde el acto de corrupción de sus superiores patrocinado por Kim, largo tiempo que se había sentido como un maldito siglo dentro del mismísimo infierno, sí así se había sentido para él, no quería imaginarse cómo había sido para la familia de SeokJin. Estar fuera del caso, sabiendo que no volver a saber del hijo de Choi era lo más probable; era algo que le estaba consumiendo por dentro. Dedicaba gran parte de su tiempo libre a pensar en la manera de volver a meterse de lleno en el caso. Si demostraba de alguna manera surrealista que sus superiores se habían vendido, sería llevado a la cima, y entonces con él al mando Kim Namjoon no podría hacer nada para seguir haciendo sus cosas de desgraciado.

Jung Hoseok no tenía ningún interés personal en hundir a Kim Namjoon. Lo único que le pasaba es que su ego estaba quebrantándose con cada semana que pasaba. Le ardía de sobremanera pensar que ese caso le había quedado grande, no había sido su culpa después de todo, pero le enojaba que un crimen de ese nivel no haya sido castigado. ¿Quién podría estar tranquilo con un maldito secuestrador de un menor saliéndose con las suyas? Probablemente SeokJin había sido el único con la mala suerte de llamar la atención de Namjoon, solo él y ningún otro menor, pero eso no le tranquilizaba para nada. 

Haciendo hasta lo imposible; buscó por meses enteros cualquier mínimo error en sus superiores, pasó noches enteras sin dormir investigando y metiéndose un poco en la privacidad de las oficinas de lo más grandes, de los más corruptos y con niveles mediocres de honor. 

Transacciones inmensas de dinero, correos electrónicos que gritaban a los cuatro vientos lo corruptos y vendidos que eran, llamadas telefónicas grabadas, toda una enorme serie de pruebas que los hundiría. No encontró nada en relación a Kim Namjoon, pero lo que había encontrado le sería más que suficiente para tomar las riendas y acabar con ese show que tenía Namjoon de jugar a ser criminal. 

Pronto se vio donde tanto se había visualizado, en la cima de todo. Nuevamente a cargo del caso que tanto le había quitado el sueño. Con sus antiguos superiores en espera de un juicio que los refundiría en la cárcel, no había manera que salieran de esa con la cantidad de pruebas que anónimamente salieron a la luz. 

El padre de SeokJin no podía estar feliz, pero tenía una esperanza con Jung de nuevo al frente de la desaparición de su hijo. 

Aun con todo el tiempo perdido, Hoseok avanzó rápido en la investigación, volvió a tener noches largas sin sueño, pero esta vez siguiéndole el paso a los movimientos de Kim en todo el tiempo que tuvo las de ganar.

El sabor amargo de la ira le subió por la garganta cuando encontró la última pista. ¿Por qué Namjoon era tan descarado como para estar viviendo como un rey haciendo su vida como si no hubiera sido un completo desgraciado? ¿Cómo podía ser tan altanero, arrogante, soberbio? Enterarse de la gran vida que se estaba dando el criminal solo le dio más impulso de ponerle unas malditas esposas y ganas de finalmente verlo en una cárcel de máxima seguridad, donde pudiera ser tratado de la misma forma cruel en la que actuó él. 

Caja De Cristal   |Namjin|Where stories live. Discover now