DIECIOCHO

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Pisaba el acelerador con fuerza, en ese momento anhelaba tanto incrementar el doble de la velocidad que hasta el momento llevaba

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Pisaba el acelerador con fuerza, en ese momento anhelaba tanto incrementar el doble de la velocidad que hasta el momento llevaba. Conocía a su hijo, sabía lo que tenía, aún pareciéndole tan extraña la desaparición, dentro de su preocupación de padre consentidor que adoraba a su hijo no quería descartar la idea de que el jovencito simplemente había actuado como el adolescente que era y se había quedado entretenido en algún lugar. Deseaba con todas sus fuerzas que así haya sido, y que al llegar a su casa lo viera corriendo asustado por haber perdido la noción del tiempo. A pesar de querer mantenerse creyendo eso, una sensación muy dentro y que no quería escuchar le decía que algo para nada bueno había ocurrido con su hijo. 

Todo el camino hasta su casa lo había sentido tan malditamente torturador por lo que se le hizo imposible evitar que sus ojos se empañaran en lágrimas por culpa de la desesperación que cada vez le inundaba más. 

Cuando llegó a la parte de enfrente de su casa bajó del auto con rapidez, importándole poco lo mal estacionado que lo había dejado. Sin la mínima pizca de paciencia se apresuró a llegar hasta el interior de la residencia, al llegar a la sala se encontró con la imagen de sus dos hijas sentadas juntas en uno de los sillones y a su vecina abrazando a su esposa, quien se encontraba hecha un mar de lágrimas desesperadas. 

Lo inevitable se estrelló fuertemente contra él, sabía que lo que su esposa le había contado en la llamada era verdad, pero en su terquedad la parte menos racional de él aún esperaba que todo fuera mentira o una simple broma de un pésimo mal gusto. 

Su esposa al verlo incrementó su llanto, estaba asustada, después de todo quien estaba desaparecido a esas horas tan altas de la noche era su hijo. Esperaba al menos que sentirse en los brazos de su esposo la calmaran un poco, pero eso solo le replicó el motivo del abrazo y de las amargas lágrimas que esa noche derramaba. 

𝓟𝓸𝓿 𝓚𝓲𝓶

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𝓟𝓸𝓿 𝓚𝓲𝓶.𝓝

Estaba terminando de abrocharme el pantalón cuando escuché el sonido de una llamada entrando a mi celular, le di un vistazo rápido a la pantalla solo para cerciorarme si se trataba de la persona a la que estaba esperando. Leer el nombre que esperaba brillando en la pantalla me apresuré a terminar de acomodar mi ropa para contestar la llamada. 

Caja De Cristal   |Namjin|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora