FINAL

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La fase de instrucción del caso se había alargado un poco más de lo esperado

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La fase de instrucción del caso se había alargado un poco más de lo esperado. El juez de Instrucción así lo había solicitado, el proceso de investigación seguía en pie y se estaba esperando a que la victima se encontrara en una mejor para tomar su declaración en contra del acusado.

En mes y medio desde la captura no se habían presentado demasiados cambios positivos en Jin. La desesperación y la ansiedad lo invadían cuando su cuerpo le recordaba los medicamentos que había estado consumiendo. En ocasiones, cuando se tardaban un poco en suministrarle los calmantes, hasta llegaba a abrirse heridas con las uñas en el dorso de sus manos.

En medio de sus ataques, cuando no lloraba desconsoladamente, llamaba a Namjoon como si solo viviera para hacer eso. También habían momentos de mejoría, "escasos pero los hay" eran los pensamientos de su padre. Ya había visto a su familia, ya le habían explicado porqué no los recordaba, hasta había ido a su casa unas tres veces, sería bueno que se volviera a familiarizar con lo que un día fue y llamó su hogar. 

Se negaba a decir cualquier cosa negativa de Namjoon, se enojaba cuando intentaban que le recriminara al moreno con una cámara en frente. Olvidaba todo menos a Kim Namjoon.

Tres meses desde la captura; pedía desesperadamente que le dejaran visitar a Namjoon. No había regresado a su casa por la conducta que estaba llevando. 

Lizy, la enfermera que se encargaba de él la mayor parte del tiempo, una mujer ya mayor, con una familia revoltosa, con un horario laboral complicado, llena de problemas, pero sobre todo con un humor de los mil demonios a diario. No soportaba los lloriqueos del muchacho, no soportaba sus gritos, no soportaba escucharlo llamar a su maldito agresor la mayor parte del día, no soportaba darle los calmantes, no soportaba tener que curar sus autolesiones. Por más que le cortaran las uñas, que mantuvieran la habitación libre de cualquier objeto con el que pudiera hacerse daño, siempre el muchacho encontraba la manera de hacer sangrar sus manos. La mujer podría haber tenido las agallas para no darle calmantes o no curar sus heridas, pero eso sería incrementar de forma segura los lloriqueos del menor, o bien podía meterse en un gran problema, y no tenía cabeza para eso.

Por lo que optó por torturarlo solo con palabras. Había descubierto que si hacía eso, el muchacho se la pasaba quieto y pensativo por el resto del día.

—Hoy vino Jonnie —agudizó la voz de forma burlesca al decir el nombre que no dejaba de salir de la boca de Jin—. Le preguntamos sí quería verte, pero se negó, dijo que no quería volverte a ver en lo que le queda de vida —. Esa fue la primera vez que no se aguantó a torturar de alguna forma a ese mocoso que tanto le molestaba.

—¿Ya no está en la cárcel? —fue lo primero que preguntó el rubio —. ¿Y por qué no quiere verme? —lagrimeó.

—Ya está libre, hace dos meses que está libre, y no te quiere ver porque piensa que eres una molestia, dijo que solo le arruinas sus días —con una sonrisa terminó de vendarle las manos y se levantó caminando directo a la salida. Dió una última mirada antes de salir,  sintió satisfacción al ver al rubio con la mirada en el suelo y con lágrimas silenciosas saliendo de sus ojos.

Caja De Cristal   |Namjin|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora