VEINTICUATRO

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—Afortunadamente no hay fractura, solo fue un esguince —concluyó el médico una vez terminó de revisar el tobillo de SeokJin—

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—Afortunadamente no hay fractura, solo fue un esguince —concluyó el médico una vez terminó de revisar el tobillo de SeokJin—. Y una personita muy mimada me parece. —No lo dijo en voz alta pero sí lo pensó. En todo el tiempo que el médico estuvo ahí revisándole, el rubio solo se aferro a Namjoon como si su vida dependiera de ello, y se la pasó hablando con un tono de voz que solo podía pertenecerle a alguien consentido y mimado, totalmente adorable; o al menos eso le pareció al hombre. 

—¿En cuanto tiempo sanará? —preguntó Kim con interés. 

—Es de primer grado, por lo que con las vendas, elevación, hielo y mucho reposo... como en una semana debería estar bien. 

—¿Va a necesitar medicina? —preguntó empezando a ponerse de pie.

—Sí, analgésicos para calmar el dolor. —estiró su brazo, ofreciendo al moreno una hoja de papel en dónde estaba el nombre de los analgésicos que Jin debía tomar.

—Necesito que usted venga a revisarlo nuevamente, si es posible con frecuencia, para asegurarnos de que todo avance correctame... —paró de hablar al sentir como unos tironcitos eran dados en su mano, era Jin—. ¿Qué ocurre? —le preguntó al menor, quién paró con los jalones una vez tuvo la atención de Kim.

—Jonnie... ven... —habló el rubio con obviedad y señaló con un movimiento de cabeza el lugar vacío a su lado.

—Debo acompañar al doctor hasta la puerta —explicó—. pero no voy a tardar.

—Con todo respeto, pero que dulce es su hijo —halagó el médico en la habitación con una sonrisa en el rostro.

—No soy su hijo —la voz de tono delicado de Jin se interpuso en la conversación.

—Entonces... —la sonrisa del médico decayó, más sin embargo en su cabeza solo se decía que no debía sobrepensar las cosas.

—Lo acompaño. —El moreno con una sonrisa incomoda en sus labios señaló la puerta semi abierta de la habitación, invitandole casi que a fuerzas a salir.

—Claro —con esa única respuesta el hombre de cabello canoso tomó su maletín y se dispuso a atravesar la puerta.

—No tardo, mi vida. —Con una sonrisa ahora sincera se acercó al menor, y depósito dos besos en él, uno en los labios y el otro en la mejilla; aplastándola un poco en el proceso.

 —Con una sonrisa ahora sincera se acercó al menor, y depósito dos besos en él, uno en los labios y el otro en la mejilla; aplastándola un poco en el proceso

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Caja De Cristal   |Namjin|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora