QUINCE

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—En díez minutos debería salir —habló Jeon a la radio que lo mantenía comunicado con Namjoon; que estaba esperando a las afueras del bosque dónde llevaría a Jin

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—En díez minutos debería salir —habló Jeon a la radio que lo mantenía comunicado con Namjoon; que estaba esperando a las afueras del bosque dónde llevaría a Jin.

Jeon y el resto de hombres implicados en la causa esperaban en una camioneta negra a unos treinta metros de la residencia Choi.

Por una semana entera se dedicaron a observar muy de cerca los movimientos que hacía el jovencito por el que estaban ahí. Esperaban encontrar un patrón repetitivo o rutina que les facilitara el acercamiento necesario y seguro para por fin capturar al rubio. Al cuarto día de observación se dieron cuenta de que todos los días a la misma hora, el chico salía de su casa por aproximadamente treinta minutos, y como anillo al dedo; caminaba completamente solo hasta donde ya no habían casas, o muchas personas que estuvieran viendo.
Esa era la oportunidad perfecta.

Cuando el día en el que todo se haría fue establecido por Kim, no ocurrió ningún inconveniente. Media hora antes de la salida diaria del muchachito ya estaban esperando, preparados para cualquier cosa que hubiera podido pasar.

—Arranca arranca —ordenó Jeon al conductor en cuanto vio a una fina cabellera rubia tomar la misma dirección de todos los días—. Recuerden que debe llegar a Kim sin el mínimo rasguño, mucho cuidado con la forma en la que lo van a tratar. —Quizá les había repetido lo mismo unas sesenta veces, pero de verdad no quería aguantar a Namjoon enojado por haber tocado de más al muchachito ese.

Pronto la camioneta iba siguiendo el paso al poseedor de aquella cabellera que rebotaba con cada paso que dada. Jin aún no se daba cuenta de que lo estaban siguiendo, ni siquiera sospechaba nada.
Que el chico estuviera completamente ajeno a lo que pasaba no podía ser más placentero para Jeon, así todo sería más fácil.

Al dejar atrás a la aglomeración de casas, la velocidad fue aumentada un poco más, el sonido del motor ahora se escuchaba con más fuerza. En ese momento el rubio dirigió su mirada a la camioneta que estaba a unos metros de él. Así mismo como volteó a ver siguió caminando, al parecer no le había parecido raro.

El rubio pensó que la camioneta pasaría de largo, pero al ya haber tenido un par de minutos esperando a que la camioneta pasara y que esta lo sobrepasaba, un sentimiento de preocupación se instaló en él. Con un poco de temor volvió a mirar atrás, con la esperanza de que la camioneta haya dado la vuelta o algo. Su preocupación pasó a ser un fuerte miedo al ver que la camioneta frenó de golpe a menos de tres metros de él.

Del vehículo bajaron Jeon y dos hombres más, el conductor se había quedado en la camioneta. El rubio en cuanto los vió dirigirse rápidamente a él trató de regresar corriendo a la aglomeración de casas. Podría parecer tonto correr justo hacía donde estaban esos hombres pero no le parecía muy astuto de su parte correr hacía dónde no había ningún alma que le pudiera ayudar.

Como por obra de algún ángel pudo encontrar la manera de no dejarse atrapar por los tres hombres mientras trataba de dejar atrás a la camioneta, pero no contaba con que dentro del vehículo había otro más, quién al ver como el chico escapaba ágilmente de sus compañeros no dudó en abrir la puerta del vehículo y agarrar fuertemente de la cintura al fugitivo.

Caja De Cristal   |Namjin|Where stories live. Discover now