Caja De Cristal |Namjin|

TREINTA Y TRES

Kim Namjoon

—El puerco cayó. Te saldrá bastante caro tener a ese puerco, pero a fin de cuentas es eso... un puerco —dijo Jungkook con desinterés sin dejar de mirar a Jin, quien dormía cubierto con una sábana en mi cama desaliñada. 

—Lo que cueste no es importante ahora, lo que me interesa es saber sí estás seguro de que no me echará al agua —le dije tomando asiento en la esquina de la cama. 

—Estoy completamente seguro —afirmó acariciándose la barbilla. 

—¿Tan seguro como cuando llevaste a esa perra a la cabaña? —ataqué recordándole el terrible trabajo que hizo aquella vez. 

—Aquella vez no estaba tan seguro como ahora. Pero dime, ¿lo estrangulaste con tu boca? —se inclinó un poco hacia Jin, entrecerró sus ojos y señaló con su dedo desde la lejanía las diversas marcas rojas en el cuello de este; unas un poco más oscuras que otras. Unas más recientes que otras. Quizás habían pasado tres o más días en los que no podía con el exquisito deseo que me hacía sentir mi pedacito de cielo, así que no encontré una razón para contenerme. Estaba seguro de que todo saldría de acuerdo al plan y que pronto estaría saliendo del país junto a Jin. 

—Cállate y espérame afuera, Jungkook —le ordené. 

Esperaba poder volver empezar de cero una vez saliera de Corea del Sur. En las noches cuando me acostaba con Jin dormido en mi pecho, pensaba y reflexionaba sobre lo que había hecho, tiré a la basura un montón de cosas a cambio de estar con Jin, pero no había ni una diminuta pizca de arrepentimiento en mí. La presencia de Jin a mi lado valía y remplazaba a la perfección cualquier cosa que pude haber perdido en consecuencia de mis decisiones. Me incomodaba pensar en lo que le había hecho a Choi, quizás sí había empezado a considerarlo un verdadero amigo. Pensaba en ocasiones que Choi había tenido la culpa de todo; él me habló maravillas de Jin, dejándome con altas expectativas, y luego cometió el error de llevarme a su casa, en donde Jin sobrepasó ferozmente mis expectativas puestas en él. Pero por más que tratara de convencerme de que Choi tenía la culpa, en el fondo sé que todo había sucedido porque así yo lo quise, y ya no había vuelta atrás.

Si las cosas resultaban y salía del país no se acabaría el problema, luego de estar fuera tenía que pensar en la manera de que Choi se rindiera y se olvidara de que alguna vez Jin fue su hijo. No se escuchaba fácil, y definitivamente no lo sería. 

Me cambié de ropa y antes de salir para poder seguir hablando con Jungkook, cerré las cortinas para que la claridad no despertara a Jin, lo cubrí de mejor manera con las sábanas, deposité un beso en su sien y me dispuse a salir de la habitación.