Capítulo 32: Eliminación

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“Un acto de creación siempre empieza por un acto de destrucción”

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“Un acto de creación siempre empieza por un acto de destrucción”.

La suciedad, el polvo y las telas de arañas no eran agradables de presenciar. El muchacho observó su alrededor haciendo una mueca de disgusto. La poca escasez de luz a cualquiera en su situación le pondría en tensión. Sin embargo, a él le preocupaba más el hecho de no saber qué demonios sucedía abajo. Encerrado no podía hacer mucho y necesitaba averiguar qué se llevaron las monjas de la habitación de Sor María. Le frustaba sobremanera estar de brazos cruzados. Para colmo, desconocía cuánto tiempo debía permanecer ahí arriba, porque las monjas cada vez estaban más convencidas de que Kaden Bloodworth era un problema gordo en la institución.

Lo que más detestaba era la insistencia de poner cruces en lugares donde no venían a cuento. Incluso en aquella mugrienta trampilla había colgada una cruz, cosa que al joven le provocó soltar un bufido. Se cruzó de brazos, pero no tardó mucho en aquella postura al visualizar una caja que llamó su atención. Por alguna razón, parecía que estaba colocada de tal manera para que el varón la destacara del resto.

La sostuvo en sus brazos y sopló para apartar el polvo de esta. Su contenido no era de su utilidad, pero le llamó la atención que fueran periódicos antiguos los cuales, en su día, fueron noticia:

«Annavenim muestra su apoyo a la institución Fennoith, para alumnos problemáticos, y dona una suma de dinero para renovaciones. El director de la institución afirma estar muy agradecido por la caridad y gratifica, especialmente, a Prudence, la madre superiora».

La mayoría eran noticias que vanagloriaba al internado por sus actos caritativos y su buena fe, ganándose así la popularidad y el reconocimiento que tenía.

—¿Ayudó a Fennoith? ¿Por qué a esa institución? —dijo.

Cierto era que aquella institución no era especialmente correcta

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Cierto era que aquella institución no era especialmente correcta. Se caracterizaba por ser uno de los colegios más antiguos y turbios que existía y, sobre todo, por los asesinatos cometidos en antaño.

Por alguna razón, intuía que aquel dato era una información relevante.

No obstante, oyó pasos abajo ocasionando que pegara su oído en la madera. Supo de quién se trataba.

Un peligro para sí mismo ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora