Capítulo 7: Muerte

25.2K 3.3K 2.6K
                                    

"Me da menos miedo la muerte, que perder la cordura"

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

"Me da menos miedo la muerte, que perder la cordura".

Los jóvenes quedaron encerrados en la trampilla del techo superior. Unos pasos apresurados se oyeron en la planta inferior después del encierro, dando a entender que alguien pretendió aprisionarlos ahí arriba. No supieron quién fue ni con qué intención pretendió recluirles, pero era una acción malintencionada.

Viviane intentó abrirla, pero lo único que consiguió fue hacer ruido. Era imposible si no tiraban de la cuerda desde el exterior de la trampilla. Allí arriba estaba muy oscuro y la carencia de ventanal dificultaba la visibilidad.

A Jesse no le agradaba la oscuridad. Era temeroso a ella y pocas veces se quedaba en la penumbra por tanto tiempo. Tenía muy malos recuerdos.

Kaden, sin embargo, no mostraba un ápice de desaliento ni nerviosismo por permanecer en la trampilla. Su actitud sosegada demostraba que no tenía los mismos temores que el rubio.

—Cuando las monjas empiecen a notar nuestra ausencia, seremos castigados si descubren que estamos aquí —dijo la chica.

—Eso es obvio, mon amour —respondió Kaden.

Jesse no hablaba y ambos se percataron de su silencio.

—¿Jesse? —lo llamó su amiga, captando su atención.

—Estoy bien... Estoy bien —farfulló el rubio.

Sabía que mentía, pero desconocía su razón temerosa por la cual se mostraba así. Nunca comentó que le daba pavor la oscuridad. Estar sometido a una situación sofocante, impedía que pudiera ser fuerte y fingir ser ese chico risueño y bromista que solía ser.

Viviane nunca apreció antes una postura como aquella.

Kaden lo observaba, circunspecto.

Su amiga sostuvo su mano, dándole ánimos y calidez a su ansiedad, pero no sirvió de mucho. Jesse, poco a poco fue sufriendo un ataque de ansiedad. Le faltaba la respiración, hiperventilaba.

La muchacha no sabía que hacer y, ante el estado de su amigo, solo pudo intentar llamar la atención de los de abajo, golpeando la trampilla para que la oyeran.

—¡Socorro! ¡Estamos atrapados acá arriba! ¿Hay alguien ahí? ¡Abrid la trampilla!

Siguió insistiendo, hasta que alguien tiró de la cuerda, abriendo la salida. Jesse fue quien salió despavorido buscando la luz.

—¿Saben el lío en el que podíais haberos metido si la Madre Superiora o incluso la Madre Noche los hubiera encontrado ahí arriba? —inquirió Denis observando como los adolescentes bajaban.

Kaden escondió el cuaderno de Eloy Sadler, bajo la camisa, tras su espalda.

—Nos han encerrado —informó ella—. ¿Tienes idea de quién ha podido ser?

Un peligro para sí mismo ©Where stories live. Discover now