Capítulo 8: Interrupción

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En memoria de Doris Day, la autora de la canción «qué será, será» 1922-2019

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En memoria de Doris Day, la autora de la canción «qué será, será» 1922-2019.

"Hereje no es el que arde en la hoguera, hereje es el que la enciende."

-William Shakespeare.

Estuvieron toda la noche velando el cuerpo del fallecido, como era habitual en Annavenim. Los amigos de Alejandro lloraron desconsolados, las monjas rezaron para que Dios lo aguardase en su gloria.

Viviane estuvo toda la noche estudiando las expresiones faciales de Kaden y no halló ni un ápice de tristeza, pesadumbre o desaliento por la muerte de un compañero. Claro estaba el hecho de que el fallecido no le dio motivos para sentir compasión. No obstante, para ella no era normal su actitud guasona y, en ocasiones, hiriente. Ni siquiera podía señalar si sus expresiones y su postura denotaba maldad o era su personalidad.

«Viene de fuera. Aún no se adapta a las normas regidas de Annavenim», quiso convencerse la muchacha.

Kaden se encontró con su mirada y ella desvió la vista de inmediato.

Entonces recordó las palabras de Eloy:

«Lo hice para protegerte. Hay secretos. Descúbrelos».

Pero Viviane no supo entender si el aspecto fantasmal de Eloy, junto a sus palabras de advertencia, fueron reales o una mera alucinación.

Estaba acostumbrada a vivir situaciones ajenas al resto del mundo y por ende asimilaba que fue producto de su imaginación.

—Vivi —susurró su amigo Jesse para que no pudieran oírlo—. ¿Pudiste leer la nota suicida de Alejandro?

Por su tono de voz al formular la pregunta, ella supo que algo le preocupaba a Jesse. Estaba nervioso e incómodo por velar el cadáver. No era capaz de sostener la mirada.

—No. No alcancé a leerla —dijo.

—Yo sí. Decía: «No aguanto más con mi vida. Decidle a mi familia que la quiero». Lo extraño es que lo vi salir de madrugada —informó él—. Caminaba como un títere, con los ojos muy abiertos y arrastraba los pies por el suelo.

—¿Y Kaden estaba despierto? ¿Estaba en su habitación?

—Sí, claro que sí. ¿Qué tiene que ver él en todo esto?

—No conocemos a Kaden lo suficiente, Jesse.

—¿Otra vez, Vivi? Eres testaruda. Él estuvo en la habitación. No se movió de allí.

—Me está mirando —masculló ella—. Siempre sabe cuando hablo de él y me observa con esos ojos tan... brillantes.

Jesse alzó la mirada con disimulo para corroborar que Kaden la miraba, pero el varón ya no la estaba observando.

Un peligro para sí mismo ©Where stories live. Discover now