Capítulo 22: Control

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“Hay silencios que son una cama de clavos, en donde reposa un sangrante corazón”

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“Hay silencios que son una cama de clavos, en donde reposa un sangrante corazón”.

Al profesor Devine le gustaba grabar su estancia en el internado Annavenim. Acostumbraba a registrar cada pequeño detalle en su videocámara, así como a filmar las estructuras, los cuadros y los signos religiosos que se veían caros y lujosos. Parecía sentir una adoración por el internado y en los vídeos se mostraba muy ilusionado de trabajar en aquella institución. Mostraba cada cosa con el fin de hacerlo un recordatorio y, sobre todo, algo de lo que enseñar en un futuro.

Sin embargo, en una de las secuencias, salía Eloy al final del pasillo mientras el hombre grababa ajeno a su presencia. El rostro del joven lucía intranquilo y abstraído. Se mostraba perdido. A su lado estaba Bastien que, a juzgar por la posición de ambos, estaban conversando. El segundo se mostraba circunspecto, sin importarle el desasosiego de su compañero.

—Eloy parece pedirle o comentarle algo a Bastien, pero él no parece querer escucharlo —opinó Kaden.

Viviane, absorta, observaba el rostro de Eloy una y otra vez. Pidiéndole a Kaden que retrocediera para estudiar su cara. ¿Por qué se hallaba tan preocupado? ¿Por qué había temor en su expresión? ¿Qué le atormentaba? ¿Y por qué parecía pedir ayuda a quien no quería hacerlo?

—¿De cuándo es la fecha de este video? Míralo, por favor.

El chico obedeció y le informó que el video fue grabado el mismo día en el que Eloy se quitaba la vida... o se la quitaron.

Por más que contemplaba la escena, más incertidumbre le creaba a la muchacha. Necesitaba saber de lo que hablaron aquel día y rogaba que Bastien le fuera sincero o que al menos se acordara de la conversación. Eloy dejó de ser el mismo los últimos días de su muerte, como si supiera o tuviera en su mente algo de lo que no pudiera contar ni decir a nadie. Dejó de hablar y de comunicarse. Nunca quiso preocupar a nadie, y Viviane llegó a pensar que su querido amigo intentó resolver el misterio por si solo, pero terminó por consumirlo.

—Hay que interrogar a Bastien —dijo Kaden.

—Intuyo que no nos dirá nada. Nos odia.

—Lo hará —espetó él.

—¿Y si se intentó suicidar aquella vez en los baños por algo relacionado con Eloy? —preguntó ella.

Kaden guardó silencio. Luego respondió con otro asunto.

—Bastien me llama «impostor». Hace un rato le pregunté del por qué me llama así y me respondió: «no eres él ni nunca lo serás». ¿Con qué fin crees que puede decir eso una persona, Viviane?

La chica se cruzó de brazos, pensativa.

—Nunca vi que Eloy y Bastien fueran amigos. Bastien suele tratar a todos con desprecio y altanería. No sé con qué fin pudo decir eso, pero bueno no debe ser.

Un peligro para sí mismo ©Where stories live. Discover now