77: La fogata. (CAPITULO FINAL)

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Al día siguiente...

Dalia:

La luz del sol quemaba mis ojos, sentía como los mismos ardían. Apenas me senté en la cama, pude sentir el dolor fuerte en la espalda, cada centímetro de mi columna torturando mi cuerpo. Parecía que llevaba medio año tumbada en la cama. Con mucho dolor, me pare de la cama y camine hacía el baño.

Cuando entre, noté mi cara en el espejo. Mi nariz débilmente roja, mis ojos rojos e hinchados por tanto llorar ayer  y unas ojeras casi moradas por las 4 horas de sueño que tuve.

Mi madre estaría orgullosa de mi...

No aguante más, y me duche, me lave los dientes y me arregle la mala pinta que tenía. Porque sinceramente, nunca me había sentido tan fatal en la vida. Incluso cuando tome por primera vez hace unos días.

Esta vez, el dolor era terriblemente intenso, y tenia un vacío inmenso en mi interior. Como si desde este momento la soledad se empezara a notar, tanto físicamente como emocionalmente. Y sinceramente, no sé que tal me iría dentro de unos años.

Apenas salí del baño, pude notar a unos amigos durmientes. Y me preguntaba cuanto tiempo tendría que esperar para encontrar a personas como estas, en los que disfrutaras cada instante de tu vida. Y también en que momento volveré a disfrutar esta imagen tan dulce que ven mis ojos. De grandes personas que me han torturado y dado felicidad a la vez. 

No quería seguir dañándome internamente, así que solo fui al pasillo, donde me tropecé  con un triste y solitario Matt. El mismo se encontraba en la pared al lado de la puerta de su habitación, sentado, sus brazos abrazando sus rodillas. Sus ojos llamándome.

- Al fin sales, no pensé que saldrías nunca. - su voz suena ronca y débil.

- Matt... ¿Que te pasa? - le digo, sentándome a su lado.

- ¿Que clase de pregunta es esa? No ves que te vas hoy... Bueno, nos vamos hoy. ¿Y que toda esta mierda se acabara hoy?-me dice, frustrado. Como si ya me lo hubiese tratado de explicar 350 mil veces.

- Tranquilo, solo fue un amor de verano, lo que tuvimos.- bromeó, tratando de no reírme.

- Vaya forma de romper el corazón de alguien - su sarcasmo es resistente. Y me hace reír al final.

- Solo bromeaba. - hago una pausa, aclarándome la garganta.- Mira, si el destino nos quiere juntos, nos volveremos a encontrar, tal vez sea mañana, o pasado mañana, o el mes que viene o tres años después. Lo importante es que estés para mi y yo para ti en ese momento que pase.- Matt asiente, perdido. - ¿Que pasa?- le pregunto.

- Es que... Nunca pensé que algo como eso iba a salir de una persona tan helada como tu. - me dice. Y finjo que estoy sorprendida  y el se ríe.

- Te puedes ir a la verga, Matthew.

- Solo bromeaba, solo bromeaba.- le doy una mirada asesina.

- ¿Te parece si bajamos?- le pregunto.

- Claro.

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Anavi narra: 

Despierto al lado Bárbara, el ambiente soleado de Puerto rico alumbra nuestra habitación hoy. Hoy, huele a playa, huele al mar, huele a la brisa salada que muy pocas veces me detuve a respirar de verdad. 

Creo que simplemente ignore el hecho de que estaba en un lugar distinto a mi país. Creo que uno no se da cuenta de las cosas que tiene hasta que las pierde. Y así me pasa hoy... Hoy pierdo una parte de mi, muy importante. Que a pesar de los años, he ido fortaleciendo poco a poco.

Hermanitos. (TERMINADA)Where stories live. Discover now