Mi perfecta melodía, (BORRADOR)

Capítulo 15🌷

El cielo se encontraba un poco nublado, era uno de esos días con climas fríos que indicaban que en cualquier momento podía llover. Iba de camino a mi casa, habían pasado muchos días en los cuales no había podido ir a visitar a mi hermana y esa vez por fin pude hacerlo. Nadie se encontraba en la casa Ibarra, así que esa fue mi única oportunidad de salir, sin tener que aguantar las demandas de Eliam.

—¡Hermanita!—exclamó mi hermana al abrir la puerta—. Pensé que no vendrías más, a ver a esta alma en pena.

—No sabía que eras un alma en pena.

—Aun no, pero cuando muera, espero poder aparecer cerca de ti para asustarte—dijo entre risas.

Se acercó hacia mí y me abrazó con fuerza en un caluroso abrazo que tanto necesitaba.

—Siento no haber venido antes—me disculpe mientras entraba a la casa y me sentaba en una de las sillas—. He estado muy ocupada cuidando de Mara. Mi mente está que explota, no puedo dejar de pensar sobre lo que ha pasado y ni hablar de mi corazón.

—¿Eliam no ha hablado contigo?

—No, es mejor que no hable. Herida puedo decir cosas de las cuales luego me arrepiento.

—Eso es cierto—Roth asintió con su cabeza.

—¿Y Jaden?

—Está dormido—respondió mi hermana, refiriéndose a mi pequeño sobrino—. ¿Eliam no te ha explicado nada?

Una parte de mí, había querido que me explicara porque mierda había dicho todo eso, pero la otra parte de mí, la parte dolida; quería que se tragara una a una sus explicaciones. Si es que estaba dispuesto a dármelas, aunque lo dudaba mucho.

—No. Igual no me interesan sus explicaciones—solté de mala gana—. Fui yo la única que se equivocó, me ilusioné como una tonta y ahora me toca afrontar las consecuencias.

—Es que...

Roth intentó hablar pero moví mi cabeza en negación, indicándole que no quería hablar más del tema. Odiaba hablar de mis sentimientos y había pasado dos noches enteras pensando en que la única culpable de estar sufriendo por amor, solo era yo.

—Mejor cuéntame que ha sucedido en mi ausencia.

—Rodrigo se fue.

La miré confundida.

—¿Cómo que se fue? ¿A dónde?

—Él hace dos o tres días vino a la casa, dijo que necesitaba hablar con alguien y me ofrecí a escucharlo. Me dijo que se sentía un completo tonto por haberte perdido y que era un desgraciado por haberte provocado tanto daño. Rodrigo decidió buscar su propio rumbo y dijo que nadie lo va a detener. La única que podía hacerlo, eras tú.

—¿Pero a donde se fue?

—Está fuera del país—se limitó a responder—. No me dijo a donde iría, solo dijo que quería hacer una nueva vida en un lugar en el cual nadie lo conociera.

Me sentí triste al saberlo.

A pesar de lo difícil que había sido mi relación con Rodrigo, lo quería mucho. Ambos habíamos tenido una buena amistad antes de ser una pareja y me había quedado con ese concepto de él, siempre iba a recordarlo como alegría. Y solo deseaba que encontrara su felicidad y alcanzara sus propios sueños.

—Roth—la llamé—. ¿Crees en las segundas oportunidades?

—Si me lo preguntas a mí, te diría que no. Aunque todo depende de la perspectiva de cada persona. Y tú crees en las segundas oportunidades.