Capítulo 16🌷

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Entreabrí los labios intentando comprender porque Eliam se encontraba tan enojado. Todo en él era demasiado elegante, pero su rostro irradiante de molestia, gobernaba sobre él. Su traje negro se encontraba impecable y esa vez llevaba puesta la corbata que le había regalado el día de su cumpleaños, haciéndole compañía a su mandíbula tensa.

—Solo estamos conversando y tomándonos un pequeño café—le explicó Eiden de manera despreocupada.

—¡No me interesa lo que estén tomando!—exclamó sin educación alguna—. ¡No quiero verlos juntos en esta habitación!

Su voz sonó con tanta furia dentro de sí mismo que incluso sentí cierto miedo por la manera en la cual estaba reaccionando a algo demasiado insignificante.

—No tenéis porqué ser tan grosero Eliam ¿Qué te sucede?

—¡No me sucede nada!—alzó la voz—. Lo único que quiero es no verlos en esta habitación, si desean tener sus estúpidas citas, bien pueden hacerlo en la sala o fuera de mi casa.

—Calmate—le dijo Eiden con la voz serena—. No hay ningún motivo para que reaccionéis de esta manera.

—¡Esta es mi casa!—exclamó Eliam casi a gritos—. ¡Soy el único que puede decidir quién entra o no y a que espacios puede hacerlo!

Alcé una de mis cejas, sorprendida por la reacción del hombre frente a mí, pero permanecí en silencio. Estaba confiada en que Eiden sería capaz de calmar la situación; sin embargo, esas últimas palabras que Eliam había expresado parecieron encender por completo su furia.

—Lo siento—expresó con seriedad—. ¡Gracias por recordarme que esta es tu casa! ¡Gracias por recordarme todos los días que solo vos sois el hijo legítimo de nuestro padre!

—¡Cállate!—le ordenó Eliam—. ¡Nadie está tocando ese tema!

La mirada de Eiden adquirió tanta rabia, se acercó a Eliam y lo miró a los ojos, a pocos centímetros de su rostro. Ambos querían desahogarse a golpes y por esa razón, decidí intervenir.

—¡Ya por favor!

Ninguno de los dos me hizo caso.

—¿Por qué tendría que callarme?—alzó la voz—. ¿Por decirte la verdad en tu maldita cara? Estoy cansado de vivir lo mismo, estoy cansado de esta mierda. Prometimos vivir en paz, pero vos nunca cumplís con tu palabra.

Eiden caminó furioso hacia la salida. Me quedé estática en mi lugar, sin saber que hacer o decir.

—Señor...

—Déjeme solo.

Preferí guardar silencio y solo me dirigí hacia la salida. Cerré la puerta y cuando me volteé me encontré de frente con Alisa, ella relamió sus labios antes de hablar.

—¿Qué sucedió?

—Eliam y Eiden discutieron—me limité a responder.

Era lo único que podía decirle, no entendía del todo lo que había pasado. Ella me pidió que hablara con Eiden y asentí con la cabeza dirigiéndome a buscarlo. Bajé las escaleras y me di cuenta que no se encontraba en la sala, esperaba que al menos estuviera afuera. Salí al jardín y efectivamente lo encontré sentado debajo de un árbol, con la mirada fija en el cielo. Me acerqué con cuidado, dándome cuenta que estaba llorando.

—Hola ¿Puedo sentarme?—le pregunté, Eiden secó sus lágrimas y asintió con su cabeza—. No quiero incomodarte, pero si necesitas hablar con alguien. Puedes hacerlo conmigo.

El respiró profundo.

—Estoy cansado de tantas cosas, Samara—comenzó a hablar sin mirarme—. Eliam siempre ha sido estricto conmigo. Antes no lo era mucho, éramos buenos amigos cuando éramos niños pero desde que se enteró de la verdad, cambió por completo.

Mi perfecta melodía, (BORRADOR)Where stories live. Discover now