Capítulo 26🌷

21.8K 2.3K 192
                                    

Sus labios se movieron sobre los míos de una manera delicada, entreabrí los míos sin poder resistirme, dándole paso a que él siguiera besándome con esas ganas que provocaban que mi piel se erizara por completo. Había pasado mucho tiempo desde la última vez que probé sus labios. Lo había extrañado. Había extrañado sus manos en mis mejillas o en mi cintura mientras me besaba con delicadeza. Era un poco sorprendente darme cuenta que cada vez que su cuerpo entraba en contacto con el mío, procuraba siempre hacerlo con delicadeza, como si el solo hecho de pensar que podría quebrarme ante él, le obligara a cuidarme de esa manera.

Cerré mis ojos sintiendo mi cuerpo estremecerse, hasta que recordé a alguien demasiado importante: Eiden.

—¡No vuelva a besarme nunca más en su vida!—exclamé separándome de golpe de Eliam, quien me miró directamente a los ojos—. Usted nunca podrá entender que las palabras no son lo único capaz de sanar las heridas. También se necesitan hechos.

—Lo único que tengo para hacerte saber que te amo, son mis palabras. Si me dieras la oportunidad de demostrar con hechos lo que te digo, estoy seguro que podría convencerte—su voz sonó con mucha suavidad—. Si pudieras escuchar como late mi corazón cada vez que te miro, quizás me creerías.

Sus palabras eran hermosas y una vez más provocaron en mí algo indescriptible, pero aun así sabía que no era correcto correr a sus brazos sabiendo que le haría daño a alguien que me había demostrado que me quería.

—Ambos estamos dentro de una relación, nos podemos hacerlos sufrir.

—¿Y qué hacemos?—me preguntó sin dejar de mirarme—. ¿Nos quedamos cruzados de brazos siguiendo amarrados a personas que ni siquiera amamos?

—Puede que sea lo correcto.

—No digas estupideces Samara—me dijo él—. Ambos sabemos lo que sentimos. Estamos destinados a estar juntos.

—Estábamos—lo corregí de inmediato—. Usted mismo se encargó de alejarnos.

Eliam sonrió, no entendí porque lo hizo.

—Te prometo que un día, llegarás a ser mi esposa.

—Quiero irme—finalicé intentando mantenerme seria.

Esa promesa fue capaz de seguir acelerando aún más mi corazón, pero me mantuve seria porque no quería que él se diera cuenta que yo era la misma estúpida que creía fielmente a las promesas, aunque ellas no se cumplieran. Eliam soltó un suspiro y permaneció en silencio, se acercó hacia la moto y después de subirse en ella y colocarse el casco, la encendió para luego invitarme a subirme junto a él. Decidí no usar el casco, porque eso hubiese provocado que él mismo me lo colocara correctamente y era lo que menos necesitaba.

Todo lo que había pasado en ese día, había sido intenso y un poco sorprendente a la vez. Moría por expresarle mis sentimientos a Eliam, moría por corresponderle; pero también pensaba en Eiden, a él también lo quería, no de la misma manera, pero no quería hacerle daño. Nunca tuve una familia que me demostrara lo que significaba el amor, pero me obligué a mí misma a aprender, que jamás les debíamos hacer daño a las personas que queríamos.

Eliam estacionó la moto en el garaje, me bajé de ella y sin voltear a mirarlo caminé de prisa hacia las escaleras, intenté subir a mi habitación pero me detuve cuando observé a Eliam entrar con una profunda seriedad y pedirle a Kiara que lo acompañara a su oficina. La mujer había estado sentada en el mueble de la sala y ni siquiera la había visto, al parecer ella tampoco me vio a mí. Por un pequeñito instante pensé en irme, en seguir subiendo las escaleras hasta llegar a mi habitación, pero lo que escuché no me permitió hacerlo.

Mi perfecta melodía, (BORRADOR)Where stories live. Discover now