Capítulo 30🌷

18.2K 2K 156
                                    

Ambos nos encontrábamos a solas en aquel lugar. Nuestro lugar especial. Oficialmente no lo habíamos convertido en eso, pero estábamos conscientes de que esa habitación había sido testigo de muchos momentos especiales en nuestras vidas.

—Te amo tanto Eliam—le dije tomando su rostro entre mis manos—. No puedo creer que me haya enamorado de un arrogante de mierda.

—Yo tampoco puedo creer que me enamoré de una chica tan entrometida.

Eso me hizo sonreír.

—Vas a casarte conmigo—le recordé.

—¿Y eso que tiene? Aun así sigo pensando que eres entrometida.

Solté una risita divertida y él me sonrió con picardía, dejando un beso en mi mejilla. Casarme con Eliam era un sueño que estaba por cumplirse en mi vida, pero a la vez sentía cierta nostalgia recordando que había algo que nos separaba. La mentira.

—Y usted un amargado.

—Era—me besó en los labios y luego se apartó.

—Eliam—llamé su atención, haciendo que sus ojos se posaran sobre los míos. Quería preguntar, pero a la vez tenía miedo de su respuesta. Le dediqué una sonrisita y decidí atreverme—. ¿Quisieras tener más hijos?

—Contigo podría tener una multitud—una sonrisa se pintó en sus labios—. Si eso es lo que quieres. Si no deseas tener hijos, yo respetaré tu decisión.

—Quiero dos.

Me sorprendió lo rápido que lo dije. A él no pareció sorprenderle, solo siguió con la mirada fija en la mía.

—Entonces tendré dos hijos contigo.

Sentí tanta felicidad, por un momento había creído que tener más hijos no estaba en sus planes y eso, me había asustado. El pelinegro me tomó por la cintura y se acercó para besarme de una manera un poco posesiva y salvaje, con cada movimiento de sus labios sobre los míos nuestras respiraciones comenzaron a acelerarse. Eliam abandonó mi boca y comenzó a dejar besos por mi mentón, hasta llegar a mi cuello.

Fue ahí donde me separé.

—Lo siento.

—No, perdóname tu a mí—se disculpó él un poco avergonzado—. Perdona si te hice sentir incomoda.

—Me gustó...—le dije sincera—. Es solo que si no me separaba, no sabía en qué terminaríamos. Yo...

—No tienes que decirlo si no quieres.

—Soy virgen—lo solté—. Sé que puede parecer extraño que a mi edad lo siga siendo, pero así es. Nunca me he sentido segura de entregarme a alguien, quiero que sea algo especial para mí. No quisiera recordarlo con decepción. Siempre he dicho que mi primera vez, será después del matrimonio.

Él me quedó mirando pensativo. Hasta que al fin se decidió a hablar.

—Sería un privilegio para mí, ser tu primera vez—acarició mi mejilla—. Pero si después de casarnos, sigues sin estar lista, esperaré por ti el tiempo que sea necesario.

—¿De verdad?—la pregunta escapó de mis labios sin que pudiera evitarlo.

—Sí, quiero hacerte feliz, pero también quiero que seas feliz y que te sientas libre en todos los sentidos posibles. No pienso obligarte a nada.

—¡Qué vergüenza!

Me tapé la cara con las manos recordando que le había dicho que era virgen. Me sentía demasiado avergonzada, la única que sabía eso de mí era mi hermana y bueno, también mi ex novio quien muchas veces quiso obligarme a acostarme con él. Siempre lo rechazaba por no sentirme lista, por esa razón decidió buscar eso en otros brazos.

Mi perfecta melodía, (BORRADOR)Where stories live. Discover now