Capítulo 29🌷

19.6K 2.1K 168
                                    

Sujeté la manilla de la puerta de mi habitación y la abrí al mismo tiempo que bostezaba. Por supuesto, el bostezo se me cortó cuando me di cuenta que encima de mi cama, se encontraba una caja blanca muy grande, con un lazo enorme de color fucsia. Me acerqué un poco y observé una pequeña nota justo en la parte de arriba.

Sonreí de inmediato, porque sin leerla, sabía de quien se trataba.

"¡Feliz cumpleaños mi morenita!

Gracias por ser la luz en medio de la oscuridad que me acompañaba, gracias por convertirte en el motivo de mi existencia y en la razón de mi felicidad. No logro ver mi vida sin ti en ella.

Te amo. Jamás me cansaré de decirlo."

Coloqué la nota a un lado de la cama y cuando abrí la caja, me encontré con un vestido blanco corto y elegante. Mis ojos se iluminaron al verlo, saqué la prenda de la caja y me dirigí frente al espejo, midiéndomelo por encima de la ropa. Estaba tan concentrada en ese hermoso obsequio, que cuando quise volver hacia la cama, me sobresalté encontrándome con Eliam en ese lugar.

—¡Vas a hacer que me dé un infarto!

Eliam lo único que hizo fue sonreír.

—Lo siento, amor—se disculpó—. No fue mi intención asustarte, quería ser el primero en desearte un feliz cumpleaños.

—Entonces... gracias, mi amargado favorito—sonreí y él me miró un poco sorprendido—. Gracias por las felicitaciones y por el obsequio, el vestido está hermoso.

Eliam se acercó hacia mí y me tomó por la cintura, lanzando el vestido hacia la cama. Quise protestar, pero el me calló pegando sus labios a los míos en un corto, pero delicado beso.

—Te he obsequiado este vestido, porque necesito que lo uses más tarde—me dijo él—. Tenemos preparadas muchas sorpresas para ti.

—¿De verdad? ¿Hay más regalos?—le hice las preguntas, con una emoción demasiado notable en mis palabras.

—Es una sorpresa, morenita. Las sorpresas no se dicen.

—¿Por qué?—hice un puchero.

Eliam volvió a sonreír y de nuevo plantó un corto beso en mis labios.

—No seas tan malcriada. Te prometo que la espera valdrá la pena. Ahora debo irme a trabajar. No se olvide que la amo con todo mi corazón, señorita.

—Yo también lo amo a usted, señor arrogancia.

Él me dedicó una última sonrisa y luego decidió irse a trabajar. Cuando Eliam se despidió de mí, dejándome sola en mi habitación, recordé todo lo que había pasado en ese tiempo. En cómo había llegado a esa casa, en cómo había conocido a Eliam, creí que él nunca iba a caerme bien, por ser tan arrogante y amargado, pero ahora yo estaba ahí, totalmente derretida ante sus encantos.

Mi móvil comenzó a sonar y caminé hacia la mesita para tomarlo. Miré la pantalla y sonreí dándome cuenta que se trataba de Eiden.

—¡Feliz cumpleaños bonita!

—Gracias maracuchito—agradecí sonriendo.

Hablar con él, lograba elevar mis ánimos de una manera extraordinaria.

—Me hubiese gustado poder estar allá con vos, para celebrar juntos tu cumpleaños.

—Hubiese sido increíble—afirmé con sinceridad—. Aunque aún me quedan muchos cumpleaños que podemos celebrar juntos.

—Eso es cierto.

—¿Por qué no me habías llamado? Me siento extraña cuando no lo haces. Estoy acostumbrada a recibir por lo menos, un mensaje diario.

Mi perfecta melodía, (BORRADOR)Where stories live. Discover now