Capítulo 23🌷

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Respiré profundo deslizando mi dedo por la pantalla de mi teléfono. Era la quinta vez en el día que intentaba entrar al banco de Venezuela, el Internet en esa casa era demasiado rápido; pero el servicio bancario en el país era una mierda. Estaba decidida a lanzar el teléfono contra la pared, pero justo en ese instante escuché unos golpes en mi puerta.

—Buenos días—saludó Eliam.

—Buenos días ¿Qué necesita?

Eliam me quedó mirando por un pequeño momento. Hasta que se dignó a hablar.

—Quería que supiera que el cumpleaños de Mara será muy pronto. A la niña le encantan mucho las fiestas, las sorpresas y es demasiado fan de los regalos.

—¡Que alegría!—exclamé sonriente—. Mi florecita cada día crece más y más.

—Quería que lo supiera, sé que a usted le agrada preparar sorpresas de cumpleaños. La verdad es que no soy muy creativo para esas cosas.

—No se preocupes señor, yo me encargaré—le dije un poco alegre al saber que mi pequeña cumpliría años—. Por cierto, quería informarle que saldré hoy.

—¿A dónde?—preguntó serio.

—Es algo personal.

El pelinegro rodó los ojos haciendo que lo mirara extrañada. Era la primera vez que lo veía haciendo ese gesto.

—¿Tiene que ver con Eiden?

—Si así fuera, no le interesa. Usted es solo mi jefe, yo soy su empleada. Por lo tanto, mi vida privada no debería interesarle, eso incluye mis relaciones.

—Samara yo lo único que quiero es que usted sea feliz—expresó en voz baja—. Sé que no soy nadie para interponerme en su felicidad. Estoy tratando de remediar mis errores pero si por ello, me quedo sin usted, lo único que puedo hacer es terminar viviendo en la amargura.

El corazón me comenzó a latir con fuerza y sentí que las palabras se atoraron en mi garganta. No podía creer el poder inmenso que tenían las palabras de Eliam sobre mí.

Él al ver que no dije nada, me dio la espalda y comenzó a caminar por el pasillo. Me quedé de pie en ese mismo lugar tratando de entender a ese hombre, pero era realmente difícil. Eliam era una cajita de sorpresas, nunca sabes que vas a encontrar dentro de ella, pero sientes una enorme curiosidad por descubrirlo.

—¡Buenos días!—exclamó una voz masculina al otro lado del pasillo.

Giré mi cabeza asustada y me encontré con la amplia sonrisa de Eiden frente a mí. Tenía ambas de sus manos metidas en los bolsillos de su bermuda y su oscuro cabello se encontraba un poco desordenado.

—Asustas a cualquiera.

—Lo mismo digo con vos, es solo que enamoráis a cualquiera.

Preferí no decir nada, estaba consciente de que por cada palabra que dijera, él ya tenía una respuesta de ese tipo. Salir con Eiden se había vuelto una costumbre, solía invitarme siempre a almorzar, cenar o incluso a comer un helado. La mayoría del tiempo solía llevarme a lugares lujosos, aunque para mí eso no era necesario. Yo era del tipo de personas que suelen conformarse con los pequeños detalles.

Ese día me llevó a un restaurante un poco famoso en la ciudad, al que por lo visto solo lo frecuentaban las personas que pertenecían a círculos sociales demasiado privados y elegantes.

—El lugar está demasiado lujoso—mencioné mirando en todas las direcciones posibles.

—Ni siquiera un lugar como este merece tenerte aquí, sois mucho para lo simple—respondió Eiden sonriendo.

Mi perfecta melodía, (BORRADOR)Where stories live. Discover now