Capítulo 06 | Arrepentimiento

148K 14.1K 1.5K
                                    

Canción: Let her go - Glen Templaton


-*-


CAPÍTULO SEIS

Arrepentimiento.



No me mira.

No me permite ver sus ojos azules.

Sé que lo hace porque sabe que así podré saber qué es lo que pasa por su cabeza, ella sabe que para mí es fácil leerla mirando sus dos mares. No quiero analizarla en este momento, solo quiero ver las líneas multicolores de sus pupilas, fingir que sigo navegando en esos lagos que tanto amo.

Ella se levanta y se despide como si verme después de todo este tiempo no fuera la gran cosa, como si no le importara. Entretanto, la preocupación me carcome al solo pensar que ese chico con el que está comprometida si ha logrado sacarme del todo.

No quiero aceptarlo, pero si no me mira no podré saberlo.

Desaparece en las escaleras, evitando estar más de lo necesario aquí, huyendo de mí.

Hago como si la esposa de mi mejor amigo no me estuviera lazando dagas a la frente, sé que tengo que enfrentarla y explicarle; pero primero tengo que decirle a Mags, aunque creo que hoy no será el día.

El tiempo pasa lento en el reloj, siento que he pasado una eternidad en la misma posición. Evito moverme o llamar la atención, pero eso no basta, el ambiente no se relaja ni un mísero segundo. Tal vez cuatro horas, quizá dos minutos, nada cambia alrededor.

—¡Merezco una explicación! —chilla Tess con indignación, usando ese timbre que solía usar con Dan cuando no había vuelta atrás.

Tiene razón: no hay vuelta atrás.

La he perdido, confirmarlo se siente justo como pensé que sería, realmente jodido.

Le doy una mirada a Dan de reojo y me percato del brillo ansioso de sus ojos, está sacrificándose por mí, solo vine a crear discusiones, a mortificar a la diosa de cabellos negros y ojos azules, a Tess y a mí.

Me atrevo a mirar a Tessandra, tiene una ceja alzada y la frente totalmente arrugada. Titubeo porque no quiero decirle a ella primero y no lo haré. La única que me importa es Maggie, a la única que le diré va a ser a ella.

—Lo único que puedo decirte es que la amo. —Bufa como si aquello fuera la cosa más ridícula o la blasfemia más estúpida; pero está muy lejos de la realidad—. Si me fui no fue para lastimarla o para solamente estudiar un diplomado, me fui para protegerla, tenía miedo de que le pasara algo malo y no encontré otra forma para cuidarla mejor que esa.

Su mandíbula se aprieta y golpea con sus palmas la mesa, conociéndola, seguramente quiere golpearme el rostro; la entiendo, yo también he querido golpearme por mucho tiempo.

—No te creo, creo que solo querías pasar una noche con ella y no tuviste el valor para terminarla, así que te fuiste. Creo que solo la usaste porque eres un egoísta cobarde, ¿para qué volviste? ¿Qué no ves que ya no le importas? Deja que viva su vida en paz, ya está muy bien como para que vengas a estropearlo otra vez. No voy a permitir que le hagas daño —susurra clavando el cuchillo más hondo con cada palabra, intentando exterminar lo que me queda. Luego mira a mi mejor amigo con enojo—. No te quiero en mi cama esta noche, ni siquiera sé si te quiero ahí otro día. Sabías dónde estaba este hijo de puta y me mentiste, nos mentiste a todos y no puedo fingir que no lo hiciste.

Begonia © ✔️ (TG #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora