83 El Yerno

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"Cuando estarán de regreso con los resultados de la investigación, aunque odie admitirlo no puedo impedir que mi niña se case con quien quiera, al menos déjame saber qué tipo de persona es el bastardo" el Conde Bastian tenía venas verdes en la cara mientras hablaba.

"Me aseguraré que en una semana lleguen aunque sean los resultados preliminares, hasta ese entonces tiene que tratar de retrasar la boda el mayor tiempo posible, no quiero que la señorita se case con un desconocido con malas intenciones" José también estaba muy preocupado por el asunto de la boda de Liss, después de todo el la vio crecer y la quiere como su hija.

"No te preocupes retrasar la boda al menos una semana será muy fácil, por cierto creo que tu tono hace un momento parecía ser una orden" el conde Bastian miro a José peligrosamente.

"Señor olvide que tengo asuntos muy serios que resolver, así que no me llame si no es nada urgente podria no venir" cuando José terminó esas palabras ya estaba saliendo denla habitación, conocia muy bien a su señor por lo que corrió con anticipación.

"Bastardo por qué no siento ningún tipo de respeto hacia mi en tu tono, no dejes que te atrape o verás quién es el señor entre los dos, aaaa que fastidio voy a practicar un poco de esgrima desahogar mi ira" al salir de la habitación y no ver la figura de José por ningún lado, el Conde se dirigió hacia el patio trasero de la mansión, este es el lugar donde suele practicar el manejo de la espada.

En la mañana del día siguiente.

En la estrada de la mansión, en este momento se encontraba una gran formación de sirvientes, parados en fila en ambos lados del camino de piedra que se dirigía hacia la mansión, el conde Bastian y su mayordomo y secretario José estaban parados en la puerta principal.

"Por qué todavía no ha llegado mi pequeña Liss, crees que le ha pasado algo?, puede ser que el bastardo llamado Romeo la intimidó y no quiere mostrarme su lado débil, haaaa mi pobre niña voy a matar a ese infeliz tu ve a traer mi espada" el conde Bastian estaba irritado al no ver la llegada de su hija, y entonces le ordenó a un sirviente cercano que le trajera su espada.

"Que es lo que está tratando de hacer señor, no inventes historias en tu cabeza, la señorita se enojará si recibes a su novio armado con una espada, podria incluso no dejar que la entregues en el altar, piensa en eso antes de actuar imprudentemente, no te preocupes no tardarán en llegar" José al lado del Conde para evitar que este ultimo haga locuras.

El Conde Bastian estaba asustado por las palabras de José, un sudor frío recorrió su espalda, estaba seguro de que moriría de tristeza si eso ocurría.

"Aquí tiene su espada señor" el sirviente volvió con la espada del sonde en sus manos.

"Que estás haciendo bastardo, que harás si mi hija me odia por eso, asumirás la responsabilidad?, ve y guarda esa cosa donde estaba" el conde Bastian reprendió fuertemente al sirviente que parecía confundido, pero aún así volvió con la espada.

"Por qué te enojas con el sirviente si tú lo mandaste señor" José lo reprendió en voz baja.

"Veo que estás muy ansioso por recibir una paliza ya que ayer escapaste, señor mayordomo esperame en el patio donde practico esgrima en la tarde, necesito que discutamos temas urgentes para el condado".

"Si señor allí estaré" con un rostro de resignación José estuvo de acuerdo, sabía que está vez no podria escapar.

Por otro lado en algún lugar de White City.

"Wuaaoo que hermosa ciudad, es una de las más hermosas que he visto" Romeo estaba en un lujoso carruaje mirando la ciudad.

White City es una animada ciudad con pintorescos edificios por todos lados, y se pueden ver jardines de rosas blancas por todos lados, dándole una imagen llena de vitalidad.

"Te lo dije esta es una de las ciudades más hermosas del Reino Antares, a pesar de que a papá le gustan los temas militares y esas cosas amana mucho más a mamá, como a mamá le gustaban las cosas pintorescas papá mando a pintar todos los edificios de diferentes colores, ademas prohibió que se construyan edificios y no lo pinten llamativamente, y cuando mamá murio dio la orden de que todo el mundo debía tener al menos un ramo de Rosas blancas que eran sus favoritas" cuando llegó al la última frase la cara de Liss se llenó de tristeza y sus ojos se pusieron rojos a punto de llorar.

"Debiste haber amado mucho a tu madre, antes de casarnos la visitaré y le diré que no se preocupe que cuidare muy bien de su hija" Romeo abrazó a Liss mientras la consolaba en voz baja.

"Jejeje sabía que entenderías como me siento, gracias por pensar siempre en mi, estoy seguro que mamá estará de" Liss sonrió dulcemente y apoyó su rostro en el pecho de Romeo.

"Por supuesto con lo bueno que es su yerno, debió de ser una muy buena persona para tener la suerte de que yo me enamorara de su hija jejeje, ven deja que me enamore mas de ti muak" Romeo beso a Liss en los labios haciendo que el rostro de esta última se volviera carmesi.

"Está bien no causes problemas, ya estamos llegando si papá me vee así me moriré de vergüenza".

"Cuál es el problema pronto seremos esposo y esposa" Romeo siguió bromeando con Liss y esta última solo pudo agachar el rostro de la vergüenza.

"Estamos llegando señorita" uno de los guardias habló y Romeo asomó la cabeza y vio una hermosa mansión colorida parecía un arcoiris, Romeo estaba sorprendido no imaginaba que la mansión del del rumoreado Conde Bastian sería de esta forma, con la fama que tiene de un hombre que ama la guerra.

El carro se detuvo frente a la mansión y Romeo bajó de este seguido de Liss, se sorprendió por la grandiosa cantidad de más de un centenar de sirvientes formando un corredor de bienvenida.

"Bienvenida señorita y Bienvenido al yerno espero que hayan estado bien" se oyó una estruendosa voz proveniente de todos los sirvientes que hablaron al unísono.

Liss a un lado de Romeo se sonrió felizmente no esperaba menos de su padre.

EL CONQUISTADOR Where stories live. Discover now