EL CONQUISTADOR

109 Resistencia Desesperada

La confusión y el pánico se apoderan de los barcos de la alianza. Los soldados, más acostumbrados al suelo firme, luchan por mantener la calma en medio de la devastación. Las olas de choque de la salva de cañones se propagan a través de la flota improvisada, dejando a los tripulantes aturdidos y desesperados.

En la desesperación que sigue a la infernal salva de cañones, la flota de barcos de la alianza intenta resistir el embate. En medio del caos, algunos barcos logran reorganizarse lo suficiente como para formar una defensa rudimentaria. Los soldados a bordo, más acostumbrados a enfrentar enemigos en tierra firme, se agrupan alrededor de las secciones menos dañadas de los barcos.

En el barco insignia de los barcos de la alianza, el conde Bastian supo que si no hacía nada entonces era el fin, por lo que rápidamente reunió a su tripulación, muchos de los cuales no están familiarizados con tácticas navales avanzadas. Utilizando mapas improvisados y gestos apasionados, traza una estrategia para resistir el asalto. Se ordena la construcción de barricadas con suministros de abordo, y los soldados, siguiendo el liderazgo del Conde, asumen posiciones defensivas.

"Qué acto de resistencia más inútil, acaso piensan que esa barricada es improvisada podrán desistir nuestros cañones, cuáles son sus siguientes instrucciones almirante" quién habló fue un vicealmirante de flota, en este momento se encontraba parado junto al almirante Noel observando los estragos de Los cañones.

"Continúen con el bombardeo de Los cañones, tratemos de reducir la mayor cantidad posible de los enemigos, antes de la batalla de abordaje, todos tienen prohibido romper la formación de la flota, solo así en caso de que alguno de nuestros buques se vea abrumado por el número de los enemigos, entonces podrá recibir apoyo de forma inmediata" el tono del almirante Noel era muy serio, a pesar de que su ventaja en un armamento era abrumadora, él no estuvo complaciente ni por un solo segundo, el número de barcos en el lado enemigo era 10 veces más que los suyos, en esta situación a menos que los dejaran escapar era imposible evitar una batalla de abordaje, entonces sus palabras se transmitieron instantáneamente a toda la flota de la marina.

"BUUUUMM BUUUUMM BUUUUMM BUUUUMM"
"BUUUUMM BUUUUMM BUUUUMM BUUUUMM"
"BUUUUMM BUUUUMM BUUUUMM BUUUUMM"

Pronto Los cañones volvieron a sonar en esta área del océano, así como muchos gritos de dolor y desesperación que vinieron de parte de la alianza.

Mientras los proyectiles enemigos siguen lloviendo desde la distancia, el Conde Bastian insta a sus hombres a mantener la calma y resistir. Sin embargo, la necesidad de cambiar el rumbo de la batalla se vuelve cada vez más evidente. Observa con impotencia cómo algunos de sus barcos, desgarrados por la artillería enemiga, empiezan a hundirse lentamente.

"Olvidan la defensa así no duraremos mucho tiempo, avanzaremos a toda velocidad hacia nuestro enemigo, no importa cuántos barcos se hayan hundido o cuántas personas hayan muerto, si llegamos a una batalla de abordaje tendremos ventaja en nuestros números" a pesar de no hacer un marinero experto, la experiencia en batalla del Conde, le permitió tener un eficaz sistema de comunicación por toda la flota de la alianza.

En este momento crítico, el Conde Bastian tomó una decisión audaz. Ordenó a sus barcos cerrar la brecha y entablar una batalla de abordaje. La estrategia es arriesgada, en todo este tiempo no ha dejado de observar al lado enemigo, así ha podido ver que los buques de guerra del enemigo son expertos en mantener una distancia segura. Sin embargo, la alternativa es enfrentar la extinción bajo la implacable lluvia de proyectiles enemigos.

Los barcos de la alianza, guiados por el Conde Bastian, intentan cerrar la distancia, pero los buques de guerra a vapor pertenecientes a la marina, hábiles en maniobras evasivas, esquivan hábilmente los intentos de abordaje. La frustración y la desesperación se intensifican entre los soldados de los barcos de la alianza, que luchan por encontrar una abertura en la defensa enemiga.

La lucha por entablar una batalla de abordaje se convierte en un duelo de astucia y habilidad táctica entre el conde Bastian y los hábiles marineros de los buques de guerra de la marina guiados por el almirante Noel. Mientras tanto, el horizonte marino se ilumina con destellos de cañones y la incertidumbre persiste en medio de la intensa confrontación naval.

"Vamos hacia delante que el enemigo tiene miedo de enfrentarnos directamente" en la proa del barco insignia de la alianza, El Conde Bastian de un fuerte rugido, y sus palabras le dieron Esperanza muchos soldados, que habían empezado a caer en la desesperación.

Con la firme determinación de entablar una batalla de abordaje, el comandante de la flota de la alianza, El Conde Bastian, lideró con valentía la carga hacia los buques de guerra del condado de Solomon. La desesperación impulsa cada movimiento, y los barcos de la alianza, aunque desfavorecidos por la superioridad tecnológica, avanzan con una tenacidad que desafía las probabilidades.

"Continúe con el bombardeo ininterrumpido, somos la Marina del condado del Solomon, estos soldados terrestres no pueden derrotarnos aquí" el almirante Noel también rugió a sus hombres, aunque una batalla de abordaje era inevitable quería acabar con la mayor cantidad de enemigos posible antes de eso.

Con el paso del tiempo y sacrificando una gran cantidad de barcos, la flota de la alianza logró detener a un buque de guerra de la marina, al observar esto el almirante Noel supo que ahora empezaría la batalla de abordaje, a menos que sigas sacrificar el buque de guerra, lo cual no estuvo en su consideración ni por un segundo.

"Prepárense para la batalla de abordaje, alisten sus fusiles y traten de acabar con la mayor cantidad de enemigos posibles" con la orden del almirante Noel, pronto las dos flotas estaban frente a frente, listas para su batalla final.

"Llegó la hora de darle la vuelta a la situación, ataquen ahora y acabemos con todos ellos" El Conde bastian suspiró con alivio, al ver que ahora podrían entrar en la batalla y tener la capacidad de defenderse.

Pronto Los marineros y soldados a bordo de los barcos de la alianza, siguiendo las órdenes del Conde Bastian, se lanzaron al ataque con garfios y cuerdas, intentando aferrar sus barcos a los de los buques de guerra enemigos. Las barricadas improvisadas se convierten en escudos en un intento de protegerse de la lluvia de proyectiles enemigos.

Lo que no podían imaginar era que a pesar de haber logrado entablar la ansiada batalla de abordaje, solo era un camino de muerte y desesperación el que estaban tomando.