XXIV. Aquellos Destinados a no encontrarse a Tiempo

436 65 16
                                    

Las pixies son criaturas consagradas a la pureza de la magia. Contrario a los hijos de Aval, quienes suelen manipular la misma a su favor, las proto-hadas no son muy buenas actuando en un contexto donde no existe tal cosa como la fe en la misma.

Siglos apartada de la tierra solo lograron aumentar su confusión y su dolor. La frialdad de Killian en nada ayudaba tampoco. Desde que apareció ante el príncipe y la sacerdotisa, herida y descartada, no había recibido el consuelo de hacer las paces con aquel a quien profesaba amar como a un hijo.

-Limítate a explicar lo que sucedió, Vinca. No me interesan tus excusas. Lo único que me une a Aval en estos momentos es la necesidad de respuestas; lo único que me queda pendiente contigo es tu habilidad para rastrear magia en su forma más pura. Tú vas a encontrar una Morrigan para mí.

Candanee supo abstenerse de participar en la conversación. La llegada de la pixie interrumpió todo aquello que tenía en mente decirle a Killian. Mientras, solo se limitaba a acurrucar entre sus brazos a un ser milenario que guardaba apariencia de niña, el cual se detenía de vez en cuando para sollozar. Vinca quedó en manos de la bruja, Killian se desentendió de ella, o al menos eso gustaba de hacer parecer. Más de una vez le preguntó: -¿Crees poder reparar de manera definitiva a esa... molestia inter-dimensional? - Con eso era suficiente para que ambas supieran que aun sentía algo por Vinca.

No cruzaron palabra durante la hora y cuarenta y cinco minutos del vuelo a Londres. Candy tenía que concentrarse en lograr mantener el espejismo que hacía ver a Vinca como una niña identificada en papel como su sobrina. Aidan por su parte, descubrió que lo que antes era un poder limitado, otorgado a su persona, ahora era nulo. Le fue chocante descubrirse completamente humano, falto de la conexión a Aval que había alimentado su existencia desde su nacimiento. Podía sentir a Killian dentro de sí, pero no concebía como convocar una fase de su personalidad que recién descubrió no era suya, más bien una extensión de Auberon. Maldijo la magia, con tal de no renegar de toda su existencia. Una vez tocaron tierra, ya calmado y tras el volante, se dignó a dirigirle la palabra a la pixie.

-¿Quién pudo hacerte esto? Solo existe una persona con la capacidad para afectar los seres primigenios y está pudriéndose poco a poco en una cripta en Nueva Orleans. Su poder está en manos de La Dama del Cementerio y Brigitte puede que sea inestable, pero no comprometería la seguridad del inter-mundo.

Vinca supo mejor que tratar de construir un puente en ese momento. Estaba atormentada por el rechazo de Killian, pero necesitaba que el único príncipe restante con una esperanza de cordura se prestara al servicio de Aval. Sabía en el fondo que Killian estaba, más que programado para servir, dispuesto a dar la vida, si no por las tierras de Fae, por su hermano. No había decepción o sorpresa que le hiciera cambiar su curso.

-Auberon le permitió que heraldos oscuros atentaran en mi contra.

Los nudillos de Killian se apretaron sobre el guía y Candy pudo jurar escuchar el chirriar de la cobertura de cuero en el volante. Ambos suspiraron profundamente, casi al unísono.

-Los que dices es imposible, Vinca-interrumpió la druida-.Echando a un lado la estima en que te tiene Auberon, poner tal poder en manos de un heraldo oscuro significaría que el rey de Aval...

-Accedió total entrada a las sombras. Es imposible. Solo un día cada siete años se da lugar a que las Sombras ejerzan influencia sobre Fae, y este no es el tiempo de la ofrenda a Caorthannach. - Killian conocía perfectamente los ciclos de ofrenda, no solo por ser habitante de Aval, mas por el hecho de que por siglos, aun durante su sueño, sabía exactamente el día y la hora. A pesar de su inconsciencia, sentía la presencia de su hermano. Killian era el altar frente al cual Auberon pedía la fuerza para superar lo que se requería de él esa noche.

Círculo de las Hadas: Tierras de Aval Where stories live. Discover now