VIII. Sacrificios y Compromisos

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VIII.

Sacrificios y Compromisos

Ynnis Affalon está situada en las afueras de Aval. Se dice que en noches claras pueden verse las diez entradas a los planos del intra-mundo, incluyendo las esferas. Por siglos, los muros del castillo de gema de arlequín permanecieron cerrados, reflejando sobre las aguas claras del lago que le rodea la infinidad de colores claroscuros que caracterizan a ese material de piedra preciosa. Los señores de Ynnis Affalon fueron bendecidos con cuatro hijas, y a razón de cuidar su virtud se hicieron ermitaños.

Este era una de tantas historias relacionadas al fuerte de los LeFaye. En Aval existían tan variados conceptos sobre las suertes de la familia, historias que hablaban desde tratos exitosos con Luz y con Sombra y líneas de sangre pobladas por presencias angelicales y demoniacas, hasta asuntos tan vulgares como desgracias económicas que obligaron al patriarca de la Casa a guardar a sus hijas como sus mejores piezas de trueque.

Los rumores debieron haber cesado el día en que Auberon ratificó su compromiso con Fabiola, pero en realidad solo cambiaron de tonalidad. El príncipe coronado de Aval anunció su compromiso como se hace con todas las funciones de Estado. La convocatoria se extendió por todas las tierras de Fae en boca de emisarios que hacían eco de la noticia, leyendo un edicto desde el centro de las plazas. Los pies de esos jinetes de espuela dorada no tocaban el adoquinado de las calles; continuaban con su encomienda, dejando tras de sí, expuesta a la orden de lords y comunes, deliciosa comidilla como no se presentaba en siglos. Los llamados a jurar fidelidad y los oficiosos con afán de enterarse, comenzaron su peregrinaje hacia la reluciente capital de Aval para ver, con ojo propio, la llegada de su enigmática y futura reina.

Emisarios y peregrinos atestaron las calles, traían en sus cofres ofrendas de los Collados de Esmeralda. No solo se trataba de las piedras preciosas que daban nombre al lugar. Guardaban cuidadosos fruta de ambrosia. Deleite de dioses las cuales, sin instrucción alguna fuera del eco de las palabras, florecían la noche en que se proclamaba un edicto de unión para alcanzar el punto de su dulzura en el momento en que tocaran las manos de los comprometidos. Se consideraba el mejor de los augurios.

Interminables comparsas, juegos y canciones que apostaban al amor se hicieron de un lugar en la ciudad. Como exigía la costumbre, todos se hicieron presentes antes que ella.

Y al final, tras su único viaje fuera de la fortaleza de sus ancestros, Fabiola fue presentada ante la Corte. Su visita se extendió durante tres días de festividades que fueron marcados para el disfrute de los habitantes de Aval.

Cinco Damas de Luz Tenue fueron asignadas a servirle. Tales eran hadas, las cuales, renunciando a la apariencia de un cuerpo, habían adoptado la libertad de moverse como si se tratara de un espíritu. Pálidas y transparentes, sus habilidosas manos podían conjurar las telas de fino brocado que emulaban elementos, solo con pensar en agua, fuego, tierra o aire. Sus voces por siempre serian el eco de las de su señora, convirtiendo en realidad los deseos de Fabiola antes de que terminaran de abandonar sus labios. Entretuvieron a la hermosa Lady de Ynnis Affalon, trenzando su cabello cobrizo y dotándole de ropas y alhajas que exaltaban el color zafiro de sus ojos.

Auberon apenas si tuvo tiempo para compartir con su prometida. Las circunstancias de su ascenso al trono fueron menos que óptimas. Aval se vio atrapado en el revuelo de lo que en un principio se mal interpretó como una rebelión abierta contra Meav. Facciones de la Corte y ciudadanos libres de Aval se aprestaron tomar lados en lo que se vislumbraba como un posible conflicto entre los aliados de Seelie y convencerles de la legitimidad de la remoción de la reina tomó más tiempo de lo que esperaban. Después de todo, tanto Meav como Francis Alexander supieron jugar sus cartas en presencia de los nobles. Una sonrisa, aunque detrás de la misma se guarde una mala intención, gana más adeptos que personalidades austeras.

Círculo de las Hadas: Tierras de Aval Donde viven las historias. Descúbrelo ahora