3. Y todo por una película

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¿Sabes lo que puede llegar a hacer una película? ¿El cambiarte de opinión de todo, el hacer que dejes de hacer una cosa por hacer la opuesta, el cederle importancia a cosas que no la tenían, a cambiarte totalmente? A eso me refiero. A ser diferente, a asumir que hoy estás pero que mañana puede que no, o tal vez un familiar. Eso es lo único a lo que me refiero.

Y hoy me he dado cuenta gracias a una película, una que ha hecho que le encuentre el sabor a mis lágrimas, las cuales hacía muchos años que no probaba, a necesitar cientos de miles de clínex porque no puedo dejar de llorar. A esa clase de película me refiero, a la que te hace cambiar la forma en la que ves el mundo, en la que te ves a ti, en la que ves a los que te rodean.

Y tal vez de lo único de lo que me arrepienta sea de haberla visto antes de leerme el libro, porque es lo más estúpido que he podido hacer, pero lo necesitaba. Lo necesitaba con todas mis fuerzas, cosa que ahora estoy perdiendo porque está saliendo por cada poro de mi piel, por cada gotita salada que desprenden mis ojos como pocas veces me ha pasado. Y lo he hecho, por mucho que lo esté intentando evitar. Estoy llorando. Por eso he cambiado, he madurado, he recapacitado sobre el sentido de todo, porque todo tiene un porqué.

Y, además, gracias a esta película, he aprendido que una enfermedad no es solo una enfermedad, sino que es algo fuerte, doloroso, y que lo que siente el paciente o su familia es algo inimaginable.

Gracias a Bajo la misma estrella he aprendido que el cáncer no es solo cáncer, sino que es una tortura calificada como enfermedad de la que algunos guerreros no pueden salir y mueren en la batalla siendo eso: valientes luchadores.

Y por el luchador de mi familia. Te queremos, porque aunque el olvido exista, no está presente en nuestros corazones y tu recuerdo.

Memorias de un corazón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora