32. Destino: Soledad.

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A veces crees demasiado, das por hecho bastantes cosas y te equivocas. A veces, digamos, metes la pata y decides largarte lejos.

A veces piensas que suena bien ir a Italia con lo puesto, pensando que todo saldrá tal y como lo tienes planeado. Y justo sucede lo contrario de lo que te gustaría. A veces, supongo, vuelves al mismo error.

A veces los caminos no llevan a donde querías, a Roma, ni tan siquiera a una parte concreta del mundo. A veces, quizá, solo sirven para perderte.

Y no sé en qué momento me pareció una buena idea dirigirme a tal histórica ciudad, pero sí que ahora estoy sin rumbo, destino, ni un lugar desde el que partir que no sea lo que tengo.

Solo estoy yo. Y no quiero quedarme mucho más tiempo aquí.

Memorias de un corazón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora