Tengo sin tener.
Tengo una paciencia abismal, de esa que odias porque acaba pareciendo indiferencia; no hay tensión, ni amor, ni nada. Y tengo manías que, si no te hacen desesperar, subirte por las paredes o desear no percatarte de ellas, tienes un pedacito de cielo ganado; y doy por hecho que ya lo tienes.
Tengo puntos, y comas, y puntos y comas que harán que desees que no existieran, que fuera todo una frase que tengas que leer del tirón, sin pausas, sin aire, y ahogarte para no tener que seguir. O una corta que no te tome mucho de tu preciado tiempo.
Tengo el corazón en la boca, aunque ya dudo de su existencia, hecho pedazos. Y lo siento en el sabor de la sangre, corrompiéndome cada vez más y diciéndome que de esta no salgo. Realmente desearía que fuera así.
Tengo de todo y de nada. Tengo vida y muerte. Tengo amor y odio. Pero (no) te tengo a ti. Y, por si me consuela, que no, a veces (tampoco) me tengo a mí.
ESTÁS LEYENDO
Memorias de un corazón.
Short StoryBienvenidos al lugar más profundo de mi mente. Porque, si estáis aquí, supongo que será porque sentís que vuestro corazón tiene recuerdos, que cada pulsación no solo hace que la sangre recorra vuestro cuerpo, sino que tiene algo más. Y también supo...