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Capítulo 24

Obviamente me odias, ¿por qué deberías protegerme?

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Shen Ruo pasó de largo sin mirarlos, pasando junto al héroe y la heroína.

Saludó a Shen Hansan, que conducía el vagón tirado por bueyes.

— Hermano Shen, tengo que pedirle que hoy me lleve otra vez a la ciudad del condado.

Shen Hansan agitó la mano y le hizo un gesto para que subiera al vagón de ganado, diciendo. — No hay problema, sube.  — Después de todo, podía ganar al menos entre ocho y noventa monedas al día llevando y trayendo personas al pueblo. Juntando al menos ochenta o noventa monedas de cobre al día.

Shen Ruo quiso fingir que no los veía, pero Shen Ziying no lo hizo, se sintió incómoda cuando vio a Shen Ruo.

Y se sintió particularmente molesta cuando descubrió que los ojos de Gu Yun se habían posado en Shen Ruo.

— Shen Ruo, ¿no ves que estoy aquí como una persona viva? Al menos deberías saludarme, soy tu prima. — Shen Ziying corrió enojada al lado de Shen Ruo, y lo señaló.

Gu Yun siempre ha sido una persona decente y correcta, y se siente incómodo con la gente que no es educada. ¡Así que ella quiere mostrarle a Gu Yun la verdadera cara de Shen Ruo!

Aquí vamos de nuevo, va a hacer una escena otra vez. Shen Ruo se preguntaba si el cerebro de Shen Ziying se debilitó después de renacer.

— Hoy iremos a sellar nuestra ruptura de lazos familiares. — Le recordó Shen Ruo con rostro tranquilo.

— ¿Y qué?, ¡todavía no se ha sellado! — Shen Ziying estaba revolviendo las cosas, pero cuando vio que Gu Yun frunció el ceño, pensó que había conseguido su objetivo y no pudo evitar reírse.

Shen Ruo ni siquiera se preocupó por ella, y subió al vagón de bueyes.

Todavía habían muchas personas en el vagón, y algunos habían traído varios fardos grandes de leña para vender en el pueblo, la leña estaba apilada para ahorrar espacio, y los montones eran tan altos que parecían estar a punto de caerse cuando los ataban con cordeles.

Shen Ruo miró el único asiento vacío que quedaba en el vagón, y sólo había sitio para una persona, así que si fueran dos, irían apretados.

Por suerte, él fue el afortunado que se sentó en el último asiento disponible.

Acababa de sentarse cuando escuchó la delicada voz de Shen Ziying:

— Hermano Gu, mi padre va hoy a la ciudad imperial, ¿por qué no vas con nosotros?

Shen Ruo enarcó las cejas, no me extrañaba que Shen Ziying perdiera el tiempo afuera y no se hubiera subido rápido al vagón de ganado, parece que estaba hablando con Gu Yun sólo para esto.

Entonces, al tomar este asiento vacío, ¿voy a crear una oportunidad para que se lleven mejor?

Aunque me gustaría que no tenga que acercarse demasiado al protagonista masculino, después de todo, Shen Ziying no es buena persona, y Gu Yun todavía parece ser alguien decente y con un futuro prometedor.