11• Aquello del amor

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1996

Cuando Robert llegó a casa lucía tan triste que Melanie se preocupó al instante.

—Rob, mi amor, ¿todo está bien? —preguntó mientras lo saludaba con un beso en los labios.

—No, Mel, no está bien. El comisario y el cabo me citaron esta tarde...

—¡Te dieron el ascenso! —dijo ella abrazándolo con alegría.

Robert le devolvió el abrazo y se río; lo conocía demasiado bien.

—Es que, es imposible engañarte, ni una pequeña bromita puedo hacerte.

—Detective Strecht, déjeme decirle que no sabe mentir nada bien. Frunció demasiado el ceño, cosa que solo hace cuando está muy nervioso.

—Muy perspicaz, señora Strecht, muy perspicaz.

Se rieron del chiste y luego se besaron con amor. 

A veces Robert se asustaba. Le asustaba el tamaño del amor que sentía por su esposa. Era algo que ni siquiera se creía capaz de expresar con palabras; muchas veces había recurrido a un simple "te amo" que no alcanzaba para nada, ni siquiera era el talón de lo que sentía por ella. Estaba seguro que era incapaz de vivir sin ver su sonrisa, sin sentir su calor. Era un amor que había crecido lento y sin notarlo. 

Supo que no podía vivir sin ella luego de dos años de amistad, ella le comentó una tarde que Joshua la había invitado a salir y que había aceptado. En ese momento Robert perdió la cabeza. Creyó que podía matar a Joshua si se cruzaba en su camino, creyó que estaba cayendo en un pozo profundo de desesperación y dolor. Ella no podía salir con otro y él no entendía porqué.

"No".

Había susurrado.

"¿Qué? ¿Cómo no?" dijo ella en tono bromista.

"No puedes salir con él".

"Rob, por favor, pensé que a esta altura habías entendido que nadie puede decirme que puedo o no puedo hacer..."

"No, no me refiero a que no puedes porque no puedes o porque yo no te dejo o algo así. No puedes porque no quieres y porque yo no quiero, pero si es que quieres de verdad hacerlo lo que yo crea no importa, pero sé que no quieres hacerlo porque quieres salir conmigo justo ese día... además eres mi novia, no puedes salir con otro siendo mi novia".

Melanie lo había mirado con ojos incrédulos y una ceja alzada, mientras la piel de las mejillas de Robert se tornaba carmesí.

"No soy tu novia..."

"Pues, ahora lo eres".

Ella había reído mucho, pero cuando miró su rostro serio se acercó a abrazarlo.

"Te tardaste mucho".

Y así comenzó todo, aunque en realidad fue mucho antes.

Melanie había sido lo único que de verdad había amado, además del amor que le tenía a sus padres, que no era para nada comparable.

Hasta que llegó Alena. Él la amó inmensamente desde el momento en que supo que iba a ser papá. Y era un amor igual de grande que el que sentía por su esposa: el amor de un padre. 

A Alena debía protegerla, enseñarla, ampararla, cuidarla, ayudarla. 

A Melani solo debía amarla.

Eran amores diferente y enormes y a veces Robert se agobiaba por la magnitud de los mismos.

Oyeren un ruido sordo en el cuarto de Alena.

Alena//COMPLETA HASTA 10/05 // DISPONIBLE EN FISICOWhere stories live. Discover now