Jugando a ganar

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POV JULIANA.

Habían pasado dos días de la última vez que estuve con Valentina. Nos habíamos mensajeado cada día, y algún par de llamadas por las noches antes de dormir. Su voz era mi tranquilidad. Me hacía sentir segura y que todo estaba en calma, en orden. Habíamos quedado en ir a visitar a su hermana, Eva, en la primera visita. No sé cómo funciona ese mundo de la cárcel, nunca he ido a una, ni siquiera a visitar al Chino. Era algo completamente desconocido para mí.

Pasé horas analizando cómo todas las piezas iban encajando por sí solas. El sueño se iba apoderando de mi dejándome inconsciente por un largo rato.

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—Juliana. — escuchaba una voz a lo lejos. — Juliana ven aquí. — aquella voz incesante me obligó a tomar una almohada en mis brazos y ponerla por encima de mi cabeza. Podía percebir el olor de un desayuno y algunos pasos cada vez más cerca. La puerta se abrió y no fui capaz de alzar la vista. No había sido una buena noche. — Oye, niña. — Era Amanda. Solté un gruñido.

A Amanda la conocí en la universidad. Era compañera de clases y de trabajo. Recientemente tuvo algún problema familiar — o eso fue lo que me dijo — y me pidió quedarse por esta noche. Era simpática. Y risueña. Tenía todo lo que cualquier hombre desearía. Extrovertida y carismática. Imponente. Lo más importante: siempre tenía algo que decir. Llevábamos un año siendo amigas. Era una gran aliada. Muy poco hablábamos de nuestras intimidades. No éramos tan abiertas en ese sentido, aunque Amanda siempre fue más permisiva que yo. Hacíamos un buen dúo.

—Juliana ya levántate, perezosa. — dijo tratando de quitarme la almohada mientras yo la sostenía aún en mis brazos.

— No por favor. — pedí. — solo cinco minutos más, es todo. — rogué.

— Has sobrepasado el límite. Vamos, mueve tu jodido trasero. — volvió a pedir.

—¿Te han dicho lo irritante que eres a veces?

Ella río por lo bajo mientras negaba con la cabeza.

—No lo soy. De hecho te hice el desayuno pero oye, gracias por estos buenos días. – se cruzó de brazos. — Te estaré esperando afuera. No demores.

Dijo antes de salir por la puerta. Esta mujer si que era impaciente y testaruda.

Entré a la ducha y el agua hizo contacto con mi cabeza. Cole mis manos por mis cabellos mientras el agua se esparcia en mi cuerpo. El contacto era gratificante.

Mi teléfono comenzó a sonar.

—Amanda — la llamé casi en un grito. — Amanda, ven. Necesito de tu ayuda. — Volví a gritar. En menos de un minuto ya la chica estaba allí.

—¿Qué quieres ahora, Juliana?, ¿quieres también que te ayude a ducharte? — preguntó sarcástica.

Rode los ojos.

—¿Sólo podrías ver quién está marcando a mi teléfono? — pregunté mientras le indicaba donde estaba el móvil. Caminó hasta él.

—Es, Valentina. — miró curiosa el teléfono. — ¿Atiendo?

—Sí sí — aprobé no tan segura. Valentina podría malinterpretar todo. — Solo dile que estoy en la ducha y que en cuanto pueda le devuelvo la llamada.

Ingresé de nuevo a la ducha.

POV VALENTINA.

—Diga. — se escuchó al otro lado de la línea. Esa no era la voz de Juls. Retire el móvil de mi oreja para ver si había marcado bien el número y en efecto. Era el suyo.

Prohíbida Tentación || °Juliantina||Where stories live. Discover now