Vínculos Iguales.

5.7K 330 35
                                    

Narrador Omnisciente.




UNA SEMANA DESPUÉS, FRANCIA, PARÍS.


La noche había llegado, y el cielo estrellado hacía contraste con la melancolía de aquella morena sentada en el fino sofá de cuero negro de aquel departamento donde se había residenciado mientras transcurrían dos meses. Dos largos meses sin la presencia de su novia. Dos largos meses donde la soledad a veces tocaba a su puerta añorando que fuera la castaña que tanto amaba. La echaba de menos, y solamente había pasado una semana desde la última vez que la vio. La última vez que vería esos ojos azules profundos por un tiempo. Juliana revisó su móvil, mientras deslizaba la pantalla viendo con añoranzas cada álbum de fotos que se habían tomado. Recordó entonces, que su única necesidad era estar en los brazos de Valentina.


Cerró los ojos respirando profundamente. Había hecho un buen trabajo ese día, y le fue imposible no sonreír por las gratificaciones que recibió de Rita y Aysack. Más que socios, se habían convertidos en íntimos, buenos socios y buenos amigos. Todos entendían la magnitud del compromiso que la morena había adquirido. No tenía experiencia alguna, pero sí tenía un sinfín de conocimientos previos y mucha imaginación y creatividad. Su trabajo era exquisito. Había diseñado diez vestuarios cautivadores, ceñidos al cuerpo y con una proporción jovial. Veraniega, pero jovial. Mucho más de lo que Rita Volk había pedido desde un comienzo. Al siguiente día de haber llegado se reunió con ellos, y como el tiempo es oro, comenzó esa misma noche a dibujar. Dibujó tanto que su mente terminó exhausta. Pero los buenos frutos vienen de grandes compromisos.


Aysack había llegado dos días después de la llegada de Juliana. Rita nunca se despegaba del teléfono por si la morena necesitaba algo. Agradecía enormemente la preocupación y sobretodo el alojamiento que recibió. Rita le había conseguido un departamento en una de las mejores zonas de París para su estadía. Juliana se sentía feliz, y emocionada porque todo estaba saliendo como quería. Las horas pasaban con una prontitud escandalosa.


Se arrimó al comedor y buscó en el refrigerador una lata de yogurt dietético. Los insumos que ingería eran escasos, pero suficientes para nutrirse y seguir viéndose en forma. Ella amaba su cuerpo, y lo cuidaba como se cuida a un bebé recién nacido. Caminó hasta su habitación y se dejó caer en las sábanas sedosas. El departamento era amplio y muy atractivo a la vista. Sala de estar, comedor y dos habitaciones. La principal y una extra para visitantes. Dos baños, uno con jacuzzi y otro un poco más espacioso.


¿Cómo podía quejarse de lo que el mundo le estaba ofreciendo?


Era una experiencia maravillosa y ella lo aprovecharía al máximo. La comunicación con Valentina era frecuente. Cada noche se veían por Skype y algunas veces cuando les era imposible por los compromisos de ambas, se hacían llamadas a larga distancia. El cambio de horario nunca estuvo a su favor pero ellas siempre encontraron la marena de aún así, quererse. Esa misma noche Valentina había cancelado la llamada vía Skype porque necesitaba por todos los medios concentrarse en sus últimos exámenes. Juliana no le estorbaba, en lo absoluto, pero adquiría todo su tiempo - no existía cosa alguna que amara más que aquello - pero necesitaba un tiempo a solas para asumir sus compromisos universitarios. La morena por supuesto aceptó su declinación y se sintió feliz porque ambas estaban luchando por lo que querían.


Un futuro juntas.


En cambio, la comunicación con Guadalupe, si era relativamente escasa. La diferencia de horas, y la recepción que tenía su madre donde ahora estaba viviendo no ayudaba mucho a que estuvieran en contacto.


Y así transcurrían los días... Trabajos, compromisos, almuerzos y cenas en algún restaurante fino. Conversaciones amenas y subidas de tono con su novia, y algunas con su madre. Por un momento recordó a Camila, quien ya en ese entonces estaría de nuevo ocupando su rol de abogada en New York. Con ella también mantuvo un par de conversaciones luego de haber llegado. Eran mínimas, Allen era una mujer crudamente ocupada.


Prohíbida Tentación || °Juliantina||Where stories live. Discover now