¿Aceptas?

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POV JULIANA.

Era martes.

Un día como cualquier otro. No tenía llamadas, ni mensajes en mi móvil. No le di importancia y me adentré a la ducha. Apliqué gel en mi cabello y el contacto del agua con mi cabeza fue agradecido.

Cepillé mi cabello un par de veces y me coloqué un Jersey.

Había pasado toda la noche pensando en un plan para robarme a Valentina por un día. No sabía a dónde llevarla, ni qué día sería, pero definitivamente, sería un hecho. Siempre he creído que ya mi vida está bastante alocada para no comerte otra locura. Sonreía pensando en cómo llevaría a cabo todo. Cómo lo haría. Quería llamarla, y darle la sorpresa pero aún no estaba nada confirmado. Sólo era un pensamiento romántico que había despertado en mi la noche anterior.

Agarré el móvil y marqué a uno de los mejores amigo del Chino. Beltrán.

Lo conocía desde que tenía uso de razón. Siempre fue buen amigo y buen hombre. A pesar de lo que sucedió tiempo después con el Chino, nunca hubo un momento donde no recibiéramos su apoyo. Fue incondicional. Con él y con nosotras. No lo conocía por sus fechorias. Sus virtudes siempre resaltaron más que sus defectos. Antes de adentrarse al mundo del narcotrafico, era profesor de antropología en una de las mejores unidades de todo México. Debió ser frustrante la vida que llevó. No sabía de mis preferencias sexuales, aunque nunca descartó la idea de que también me sintiera atraída por las mujeres. Rafael, su hijo, intentó de todas las maneras posibles tener una cita conmigo. Muchas veces él intervino, pero nunca le brinde la oportunidad. Era agraciado, y muy educado.

- Juliana Valdés. - Contestó animado Beltrán.

- ¡La misma, Beltrán!

Había respondido con la misma emoción que él. Realmente, sí me hacía feliz escucharlo después de todos estos meses.

-Es una verdadera sorpresa tu llamada. Pensé que nunca volvería a saber de la vida de los Valdés - dijo él.

Apreté los labios.

Cuando él se alejó de mí familia, fue porque le encargaron una misión con el chino y este, por supuesto, lo traicionó.

FLASHBACK.

Estaba parada frente al marco de la puerta, viendo asustada toda la escena. Beltrán había golpeado al Chino muchas veces en el rostro. Intenté separarlos, pero en este momento ya me encontraba astiada de intentar solucionar problemas que no eran míos.

Muchos menos los del Chino.

Gritos iban y venían y Guadalupe me veía aterrorizada.

-¿Podrían ya por favor dejarse de pelear? - Grité. - Parecen unos niños.

El chino y Beltrán voltearon a verme. Querían matarme. O por lo menos el Chino.

Macario se giró hasta mí y caminó en mi dirección. Quise dar pasos hacia atrás, pero la pared no me lo permitía. Se posó delante de mi con esa mirada que bien conocía, y posó su mano fuertemente, en mi brazo, haciendo presión.

-¡Cállate, mugrosa!

Gritó él eufórico mientras sujetaba fuertemente mi brazo.

-Suéltala, Chino. - intervino Beltrán. - Sé perfectamente que eres un desarmado pero no tienes el derecho de hacerle daño a tu propia familia, ni a nadie.

El Chino me soltó de pronto y se giró nuevamente hacia Beltrán. Ahora su agarre estaba en él. Lo tomó por el cuello de su camisa y lo acunó en la pared.

Prohíbida Tentación || °Juliantina||Where stories live. Discover now