Lección aprendida.

6.2K 370 22
                                    

Narrador Omnisciente.


FRANCIA, PARÍS.

VOLK GROUP.

-¿Cómo va el trabajo? - Preguntó Miranda entrando a la oficina de Rita. La rubia frunció el ceño en cuanto vio a su publicista entrar sin tocar la puerta.

-Veo que no te enseñaron modales, Miranda. - La rubia bajó la vista nuevamente a su computador. Ese día se encontraba revisando unos documentos del próximo evento que tenía en mente. Los correos estaban en desbordamiento, y el trabajo que tenía era excesivo. -Tengo mucho trabajo - Murmuró mientras se ponía de pié buscando unos papeles que debía firmar. -¿Qué se te ofrece?


Miranda caminó hasta su escritorio y se sentó sin invitaciones. -Thomas llamó esta mañana, y me pidió que te dijera que estaría en la ciudad lo más pronto posible. -Rita la observó un poco. -También opina lo mismo que yo.

Cruzó las piernas, dejando apreciar la vestimenta que llevaba ese día. Una chaqueta de cuero marrón con unos pantalones que se ajustaban a su esbelta figura.

-¿Por qué viene?, no le he dicho que lo necesito. - Miranda arqueó las cejas. - Sabes perfectamente que odio cuando se toman atribuciones que no les corresponde.

-Él también trabaja con nosotras, Rita. No podemos hacerlo a un margen cuando tienes en mente hacer un nuevo emprendimiento tan importante. Mucho menos cuando quieres dejarle un cargo muy difícil a una universitaria que no tiene experiencia alguna.

Y ahí estaban de nuevo. Los días que habían regresado, Miranda se encargaba cada día de decirle a Rita que estaba equivocada al querer involucrar a Juliana en los nuevos diseños que quería lanzar esa temporada. La rubia perdió la cuenta de cuántas veces le exigió no contradecir su voluntad, cosa que para Miranda siempre era imposible. El papel que ella cubría era tan importante como el que podía ejercer la rubia y su finalidad era ser lo más sensata posible en cuanto a la toma de decisiones. Por suerte, era su publicista pero también era una especie de representante legal indirectamente. La morena cubría cada aspecto de las exposiciones de ropa, y aunque era sensacional en eso, a veces se le olvidaba que las decisiones finales eran tomadas por Rita sin importar si estaban o no de acuerdo con ella.

-Comienzas a cansarme con el tema de Juliana. -La observó por un momento. -¿Si quiera viste los diseños que te envié a tu correo? - Miranda negó. -Allí lo tienes, no puedes hablar sobre algo cuando no tienes conocimiento alguno. No es tan difícil de aprender. - Le guiño un ojo.

Cuando la morena estaba por responder, tocaron la puerta. Rita gritó un adelante, y apareció un hombre caucásico y muy atractivo.

-Rita - Habló él y ella le sonrió. -Miranda - Dijo en modo de saludo cuando notó a la morena que lo veía desde la silla.

-Jason -Contestó Miranda. -Qué bueno verte. - Caminó hasta él y le dio un beso cálido en la mejilla. -No tenía idea que estabas aquí.

-Esa es la buena nueva - Comentó él. -Tampoco sabía que estarías aquí. He venido porque Rita le dejó un mensaje a mi secretaria ayer por la mañana y hasta entonces no me había informado. - Murmuró él.

Jason Rodríguez era el mejor fotógrafo de Chigago. Salió de las penumbras de un barrio pobre, convirtiéndose en uno reconocido. Sus fotografías eran especiales, y su trabajo muy bueno. Cubrió varios eventos importantes de Rita anteriormente y lo que había hecho había sido tan bueno que la mujer no dudó en llamarlo para crear una especie de alianza laboral. Si quería llevar a cabo un evento transcendental, tenía que contar con las mejores personas. Muchas de sus fotografías estaban regadas por todo el mundo; tomando en cuenta que manejaba un criterio sólido y fortuito. Trabajaba con cualquier modelo siempre y cuando se sintiera cómodo. Laboró también para otros diseñadores, pero la oportunidad que tuvo con Rita Volk había sido magnífica y altamente enriquecedora.

Prohíbida Tentación || °Juliantina||Where stories live. Discover now