¡La cena!

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POV GUILLERMO.

Todo estaba saliendo mejor de lo planeado. Había logrado contactarme con Inés, una vieja amiga del instituto. Estatura media, cabello un poco más arriba de los hombros, ojos oscuros pero penetrantes, y guapa. Realmente guapa. Inés y yo habíamos compartido casi toda nuestra vida juntos. Eramos un buen equipo. En cada reunión éramos la sensación. Hablábamos la mayoría del tiempo, y hasta viajes programados hicimos. No fue hasta mediados de la carrera que me enteré que ella era lesbiana. Todas las chicas del curso morían por esos ojos. Muy tarde comprendí, la razón principal por la cual siempre rechazó a los hombres que buscaban cortejarla. Nunca he tenido problemas con el tema de la homosexualidad, siempre y cuando este se mantenga alejado de lo más importante para mi: mi familia. Luego de pasar tanto tiempo buscando una solución, ya la había encontrado.

Inés era una rompe corazones de primera. No se relacionaba con cualquier persona y nunca se permitía así misma llegar más allá de un encuentro sexual. Lo sé, porque llegué a presenciar una discusión con Hillary. Una chica que también iba al instituto, solo que un año menor que nosotros. Alta, cabello rubio, grandes glúteos y pechos. Oh, y también linda sonrisa. Era una ensoñación de mujer, pero lastimosamente caperucita roja había caído en las manos del lobo feroz.

FLASHBACK.

Íbamos caminando por los pasillos de la universidad, riendo y platicando sobre la dificultad de las próximas evaluaciones que tendríamos. Ya estábamos a finales de curso, y todo nos había caído como agua fría por la próximidad de ellas.

-No estoy lista para tanto. - Dijo Inés mientras llegábamos a los casilleros. - No sé por qué tienen que hacer las evaluaciones continúas. Siento que me asfixian, Guille. - Terminó de meter sus cosas al casillero y volteó a verme con expresión triste. Como si se tratase de una verdadera tragedia.

Le sonreí e hice el mismo gesto anterior. Metí mis cosas al casillero.

-Es una buena manera que tienen los profesores de dañar nuestros últimos días del curso pensando en que tenemos que prepararnos y no festejar. - Hablé mientras ponía seguridad al candado. - Además, sabes que siempre es así. Deberías estar acostumbrada.

Inés se encogió de hombros.

-Nunca me acostumbraré a esto. ¡Es agonizante! - Habló ella fingiendo terror. Yo solo reí por lo bajo. En ese momento, una de las mujeres más hermosas de la universidad, estaba pasando por nuestro lado. Hillary Homson. El terror de muchos y el delirio de otros. Y otras, como Inés. Desde que sé las preferencias de ella, me he acercado aún más. Hemos tenido más contacto que antes, y eso era muy bueno. Ella confiaba en mí, y yo en ella. Aunque sabía perfectamente que Inés no mantenía relaciones amorosas con ninguna mujer, aquello no era impedimento para que sí llevara aventuras clandestinas. La vi sonreírle a la mujer con cierto descaro e insinuación. Por supuesto, aquella le respondió la sonrisa coqueta.

-Esa mujer está como quiere. - Dijo Inés sin aún dejar de mirar las curvas andantes de la mujer. Voltee a darle un rápido vistazo, y sí. Estaba como quería.

-¿Crees que puedas tener alguna oportunidad con ella? - Pregunté. No dudaba de las capacidades de mi amiga, pero tampoco se sabía si aquella chica tenía las mismas intenciones, o peor aún, si era cuestión de capricho o una clase de experimento hormonal. Volvió a encogerse de hombros, despreocupada.

-No lo sé - habló mientras seguía mirando a la rubia que estaba a finales del pasillo. - Pero, ¿Has visto cómo me sonríe?, es una perra descarada. - En ese instante, la mujer rubia giró su vista hacia donde estábamos nosotros. Sonriendo ampliamente. Miré a Inés que me miraba con una sonrisa en su cara.

Prohíbida Tentación || °Juliantina||Where stories live. Discover now