Errores y decepciones.

6.2K 389 24
                                    

Narrador Omnisciente.

El champán era exquisito, y embriagador. Juliana lo sabía, así como sabía que había hecho mal en invitar a una mujer que parecía estar vigilando sigilosamente sus pasos. Aquella aún no procesaba lo que recientemente acababa de ocurrir.  Bebía de su copa mientras observaba a la peligra detallar el lugar con una sonrisa triunfante en su rostro; y se preguntaba el por qué de ello. Carraspeó dos veces llamando la atención de Inés quien inmediatamente clavó su vista en ella.

—Bien... — Comenzó a hablar Juliana mientras cruzaba una de sus piernas encima de la otra. — Ya te invité a pasar, como tanto querías. Ahora dime, ¿por qué has estado siguiéndome? — Preguntó sin tabúes la morena haciendo sonreír a Inés, quien desde su asiento no quitaba los ojos de ella. Juliana se incorporó al notar la actitud de la mujer. — Podrías por favor, dejar de mirarme como si quisieras devorarme. — Habló ganándose una sonora risa de la peligra.

—¿Por qué estás tan a la defensiva, Juliana? — Preguntó la mujer. — Ya te expliqué el porqué he estado siguiéndote. — Se encogió de hombros y bebió de su champán. — Eres linda, y sexy.

Juliana arqueó sus cejas por la confesión de la pelinegra y sonrió de medio lado.

—¿Te parece que soy linda y sexy? — Inés asintió, y descansó su espalda en el cómodo mueble de la casa del Valle.

—Oh, definitivamente lo eres. — En un ágil movimiento Inés tomó la mano de Juliana, sosteniendola entre sus manos. — No tienes idea de todo lo que estás causando en mí en este momento. — Vociferó la mujer, dándole un suave apretón en la mano.

Las mujeres estaban tan concentradas en el momento, que no se percataron que unos ojos azules profundos miraban la escena desde el marco de la puerta principal. Valentina, quien seguía estática al ver como Juliana se dejaba seducir de aquella mujer, aplaudió suavemente conmovida por la actuación llamando la atención de la morena y de la pelinegra.

—Val... – Dijo Juliana mientras se soltaba rápidamente del agarre de Inés. La mujer al ver aquella reacción de la morena, se puso de pié acomodándose el atuendo que llevaba esa noche reconociendo perfectamente a la ojiazul. Juliana le regaló miradas suplicantes a Valentina.

—Perdón por interrumpir su momento mágico — Habló Valentina mirando a las mujeres con recelo. — Quería hablar contigo, Juliana. Estuve marcando a tu móvil y no tuve respuesta. Pensé que algo podría haberte pasado, pero ya veo el por qué no contestabas. — Juliana intentó acercarse pero Valentina la miró molesta, sabiendo que no debía dar un paso más.

—Morrita, no es lo que crees. — Se defendió Juliana mientras miraba a Inés de reojo y pudo notar la actitud arrogante que tenía la mujer. Resopló un maldita sea agudo y por lo bajo, haciendo reír a la pelinegra. Valentina la miró con el ceño fruncido, cruzándose de brazos. — Ella es Inés, una amiga.

Inés se acercó hasta Valentina extendiendo su mano, pero la ojiazul no contestó absolutamente nada. Ni palabras, ni acciones. La mujer llevó su mano extendida dentro de su chaquetón, y sonrió maliciosamente al ver la escena tan particular que estaba presenciando. Le resultaba interesante ver lo tan pequeño que era el mundo y lo tan ingenuas que podían ser algunas personas. Nunca presenció algo así; sin embargo eso le excitaba. Juliana había correspondido a un primer encuentro, y ella sabía que ese no sería el último que iba a tener con la morena. Disfrutaba el drama, y lo hacía suyo cuando creía que era la mejor opción. No pasó desapercibida la belleza que tenía la hermana de su mejor amigo. ¡Cómo has crecido, pequeña Carvajal!

—Perdona lo que has visto — Por primera vez habló Inés ganando la atención de Juliana y Valentina. — Tenía mucho sin ver a Juliana y pasé por aquí para saludarla. Sé muy bien que están juntas y por eso traje esto para ti. — Agarró la caja de chocolate que recientemente le había obsequiado a Juliana. La morena la miró confundida y ella le guiño un ojo. Valentina quién no salía de su asombro, recibió gustosa la caja. — Juliana me comentó por llamada que te gustan mucho, y como no sabía cuál era tu marca de dulces favoritos, traje la mejor opción. — Sonrió y Valentina también hizo lo mismo. — Ahora si me disculpan, debo retirarme. — Tomó su cartera en sus manos y las tres caminaron hasta la salida. — Gracias de nuevo por recibirme, Juliana. — La morena quien no salía de su trance, asintió sonriéndole. — Valentina, un placer. Y perdón por lo que has visto allí adentro. Todo fue un mal entendido. Esa mujer que tienes en frente se muere por ti. — Comentó y Juliana abrió sus ojos con asombro. Esa mujer sabía más de lo que aparentaba. ¿Cómo sabía que su Val, era realmente Valentina?, ¿Por qué siempre tenía algo en su mente planeado y todo le salía perfectamente bien? — Buenas noches. — Dijo sin más y se metió en su auto lujoso.

Prohíbida Tentación || °Juliantina||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora