Dos pueden jugar este juego.

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Narrador Omnisciente.

NEW YORK, ESTADOS UNIDOS.

—¿Café caliente, señorita Allen? —. Preguntó una joven de estatura media, cabello rizado hasta los hombros y ojos color miel intensos. Camila quitó los lentes de lectura de sus ojos y le sonrió amablemente a la mujer que depositaba delante de ella una bandeja pequeña y dorada con una taza de café. —Que lo disfrute—. Le dijo antes de disponerse a salir de la oficina.

—Gracias, Megan—. Le dijo risueña.— ¿Podrías facilitarme el expediente del caso del señor Beer?, necesito extraer unos datos que nos pueden ser de gran ayuda para el juicio—. Megan asintió y se acercó a ella nuevamente.

—El señor Beer y su esposa estuvieron por aquí durante sus vacaciones a México, señorita Allen. Él no se veía muy contento. La señora Johnson tuvo que interceder por usted en más de una ocasión y amanezó con desprestigiar el bufete por falta de integridad y compromiso–. Camila frunció el ceño. Unos días atrás había llamado a su madre y en ningún momento le habían manifestado sobre la amaneza. La mantuvieron oculta hasta ése momento.

—Mi madre no me comunicó nada al respecto —. Su respuesta fue seria —. Comunícate con el señor Beer y pídele que venga a mi despacho cuanto antes. Lo menos que queremos es causar molestias a nuestros clientes. —Megan asintió y salió rápidamente a hacer lo que Camila le había pedido.

Megan Parkirson era una joven estudiante de derecho que estaba a punto de sacar su carrera con las mejores notas. Estaba siendo una aprendíz de Camila. En muchas revistas leyó en varias oportunidades que la familia Allen era portadora de uno de los despachos más importantes de Los Estados Unidos. Vio allí la posibilidad de surgir. Pidió y dejó los papeles necesarios para poder ser tomada en cuenta debido a la cantidad de pasantes que como ella, también estaban buscando nuevas oportunidades.

Camila vio en ella el potencial necesario y accedió. La veía como una buena opción y le dio las instrucciones precisas para sacar adelante el manejo de los casos por día con la organización de fechas, meses, años, países y localidades. En un tiempo promedio ya ambas eran un buen dúo. Megan se mostró muy competente desde el comienzo y a Camila le gustaba la iniciativa y el buen ánimo que la caracterizaba.

Camila desde la comodidad de su oficina revisaba el móvil y veía la hora cada dos minutos. El señor Andrew Beer, un cliente importante acusado de homicidio, había quedado con ella para almorzar y tratar personalmente el tema. Desde que había llegado se había tomado el tiempo de leer el avance que en su ausencia Megan junto con su madre habían logrado. Éste era acusado de haber asesinado a uno de sus compañeros de trabajo. Trabajó para  una fábrica de comida de productos enlatados a las fueras de Florida.

Recurrió a Camila por el gran prestigio que tenía como abogada y por la fama de no perder ningún caso. Una mujer con tan gran ímpetu para los cierres de casos importantes. Camila recogió sus pertenencias y salió de su oficina diciéndole a Megan que se ausentaría por un par de horas. Presionó los botes del ascensor y esperó hasta que el iluminador se pusiera en verde.

Cinco minutos más tardes, se estaba poniendo el cinturón de seguridad y el audífono de intercomunicación. Camila odiaba las llamadas en tráfico pero era necesario. El semáforo se detuvo en rojo y por el cristal del vidrio del copiloto observó cómo una pareja de ancianos caminaban de manos agarradas mientras él le ayudaba a bajar unos escalones. No pudo evitar sonreír. Guillermo Carvajal llegó a su mente. Habían pasado aproximadamente dos días donde sus conversaciones se volvieron tímidas y escasas. El trabajo que tenía cada uno era consumidor en exceso y las oportunidades de hablarse eran reducidas, sin embargo, buscaban tiempo para cenar rara veces vía vídeo llamadas a distancia.

Prohíbida Tentación || °Juliantina||Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum