Capítulo 4: "La cita"

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Vio una sombra y posteriormente el cuerpo del gato sin vida rodeado de un mar de sangre, un grito le hizo estremecerse.

No era un grito humano, era más bien un rugido de un animal furioso, ante esto Irslan salió corriendo, pero un golpe le hizo estamparse contra la pared, apenas recobró el equilibrio recibió otro golpe, sus ojos no podían creer lo que veía, un licántropo con un pelaje extenso y unas garras enormes se alzaba ante él, los ojos de aquella bestia se clavaban en Irslan, de su boca colgaban babas, mientras se paseaba la lengua por esos dientes afilados como dagas, aquel ser se disponía a acabar con la vida del muchacho, alzó el brazo y lanzó un zarpazo atroz contra Irslan, este consiguió esquivarlo, y por suerte solo le rasgo el brazo, el cual sangraba intensamente, apenas le había tocado y la herida ya era profunda, aquella bestia clavó la mirad otra vez en su presa, rugió intensamente y se lanzó con un salto hacia él, le arrinconó en la pared abrió la boca y mostró los dientes, se disponía a morderle, pero Irslan puso sus manos e intentó con todas sus fuerzas mantener aquella mandíbula abierta, tras unos segundos agotadores empezó a empujar, y aquel ser también tras esto Irslan se echó al suelo escurriéndose entre las patas del licántropo mientras este se estampaba contra la pared, Irslan se apresuró, cogió la caja con el violín y salió corriendo con gran rapidez, su respiración aceleraba con cada paso, y no por el cansancio, sino por el echo de que le había atacado un licántropo y estaba asustado, era cierto que había oído hablar de aquellas bestias en las noticias, pero no pensaba en que se encontraría con uno cara a cara, y que menos aún que sobreviviría para contarlo, pero... ¿A quién contarlo?, conforme iba andando al lugar donde había quedado con Silvia se aseguraba de que no le siguiese nadie, tras unos 15 minutos de angosta agonía por fin llegó a su destino.

-Poco más y nos dan las uvas eh... Dijo Silvia con una sonrisa cruzando los brazos.

-Si... lo siento Silvia he tenido unos problemillas para llegar. Dijo con una sonrisa nerviosa.

-Nada tranquilo hombre, estás aquí es lo que cuenta ¿no?

-Si. Dijo con una sonrisa incómoda.

-Pues ale vamos a dar una vuelta por ahí ¿te parece?

-Claro que si Silvia.

Acto seguido se cogieron de la mano y empezaron a caminar juntos, comenzaron a hablar de cosas del instituto, de su pasado y asuntos varios, cuando sin darse cuenta empezó a caer la noche.

-Irslan...

-¿Si?

-Tu que escribes poesía... ¿Qué te parece la noche?

-Me parece un fenómeno espectacular, ya que las estrellas empiezan a brillar con gran intensidad, y hacen juego con...

-¿Con que?

-Con...

En ese momento Silvia se acercó a Irslan, le miró fijamente rodeó su cuello con las manos mientras ponía las de Irslan en su cintura.

Sus miradas se quedaron fijas la una en la otra, los labios de Silvia se acercaban a los de Irslan, cuando de repente se escuchó un grito de auxilio.

-Perdona

Instantáneamente Irslan apartó a Silvia y fue corriendo al lugar de procedencia del grito.

Este sonido provenía de una chica de unos 15 o 14 años, la cual estaba siendo molestada por Bruno y sufriendo empujones bastante violentos, ante esto Irslan frenó en seco, no podía meterse en una pelea, y menos aún con el brazo como lo tenía, aún así hablar es fácil...

-Eh, tú déjala en paz

-Vaya vaya si tenemos aquí a Irslan el héroe

-Bruno tío ¿No te da vergüenza ir molestando a chicas más pequeñas que tú?

Un lobo con corazón de cristal (En edición)Where stories live. Discover now