Capítulo 13: "La melodía"

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"Volveré a caminar".

-¿Te importa mucho?

-No recordaba que fueses tan borde

-Siempre me he preocupado de ti, y lo sabes

-Yo, no...

-Irslan, ya está ¿Vale? Se que la he cagado muchas veces

-No se ni que coño hago aquí, deberían ponerme con alguien que tenga sentimientos

-De eso hará 6 meses Martina, en todo caso sigues siendo una cría, y si no te importa quisiera caminar cuanto antes...

-Mejor, cuanto antes camines antes te podrás ir ¿Cierto?

-Cierto, así que venga

-¿No te cansas?

-No, hay que luchar siempre

Martina se quedó mirando a Irslan mientras meditaba aquella frase, este seguía con gran ímpetu los ejercicios, Martina le frenó y le dijo:

-Por hoy suficiente

-Mírame, necesito caminar ¿Entiendes?

-Entiendo, pero por darte más prisa no sucederá antes

-Está bien, me voy a casa

-Hasta mañana. Dijo con una sonrisa

-Lo que tú digas...

Una semana después volvía a hacer ejercicio de nuevo

-Me atropelló un coche

-¿Cómo?

-Hace una semana me preguntaste que cómo había llegado hasta aquí

-Cierto ¿Hay algún sospechoso?

-Ni idea ¿Por qué no me lo dices tú?

-¿A que te refieres?

-A que se perfectamente que fue Bruno el que iba en el coche

-No, es imposible

-¿Segura? Si quieres vamos a las autoridades, a ver que dicen

-No, Irslan, está bien, fue él, iba borracho y perdió el control del coche

-Escúchame bien, no va a pasar nada, son cosas que hay en la vida ¿Vale?

-Que alivio, por un momento pensé que harías algo extraño

-No, tu tranquila, ya sabes que soy buena gente

-Sí, es por eso que me caes bien Irslan

Pasaron otras dos semanas de duro esfuerzo y ejercicio intensivo, y llegó el momento que Irslan había deseado desde que entró en aquella estúpida sala de rehabilitación para personas con discapacidad muscular.

Fue otra vez a las dos barandillas, y consiguió dar unos pasos por su cuenta, en ese momento se suponía que debía reír de felicidad, pero no era él el que reía, sino Martina, que saltaba de alegría ante los tremendos progresos de Irslan, el cual se encontraba de pié en el sitio sin inmutarse.

-¿Qué bien eh Irslan?

-¿Y a ti qué?

-Pues, como monitora y amiga me alegro

-¿Te alegras?

-Claro ¿Por qué no debería?

-Solo es tu trabajo

Un lobo con corazón de cristal (En edición)Where stories live. Discover now